(AUNO-Tercer Sector*)La inauguración de la segunda farmacia de la Mutual Sentimiento es “otro parche”. Esas fueron las palabras que utilizó Graciela Draguicevich, su presidenta, para referirse al nuevo proyecto que emprenden. En una sociedad en donde 18 millones de personas no pueden acceder a los medicamentos necesarios, la apertura de este centro de venta de genéricos refleja una luz de esperanza ante tanto conflicto con el sistema de salud.
La entidad sin fines de lucro cuenta desde 2003 con una farmacia en el tercer piso del edificio que tienen en el barrio de Chacarita, pero debido a las crecientes necesidades de la sociedad se propusieron seguir abriendo centros de este tipo. Es así como desde hace un mes abrieron una nueva sucursal en el barrio porteño de Pompeya. El lugar de ubicación no fue caprichoso. Una zona tan transitada por miles de personas que van o vuelven de sus trabajos y habitada por gente humilde fueron las razones más que suficientes para elegir el barrio. “Es gente humilde y trabajadora, es el ámbito en el que trabajamos nosotros” explicó Draguicevich a AUNO-Tercer Sector.
Para acceder a los beneficios de la farmacia, cuyos descuentos alcanza el 80 por ciento en algunos productos, hay que asociarse a través del pago de una cuota social solidaria de 50 centavos. Esto es así debido a que la ley de mutuales que permite tener una farmacia, exige que la venta sea exclusiva para los socios, por lo tanto si hay alguien que no cuente con ese dinero, la cuota es subvencionada por la mutual. “Aunque resulte difícil de creer, hay gente en nuestro país que no cuenta ni siquiera con 50 centavos extra, sólo tiene el dinero justo para el transporte y los medicamentos”, comenta la titular de la mutual. Los asociados vienen principalmente del conurbano y hoy cuentan con más de 3000, incluso “vinieron de Entre Ríos para poder continuar con un tratamiento”.
El bajo costo de los medicamentos genéricos se debe a que la mutual compra los productos a precio del mercado, al por mayor, que no están gravados por el impuesto a la patente por no ser los originales, pero además porque la única suba que le hacen al precio final es mínima y se destina al pago de los honorarios de las siete personas que prestan sus servicios en la farmacia.
De esta manera, la Mutual Sentimiento se define como un modelo de organización autosustentable, que podría extenderse a otras mutuales. Draguicevich asegura que “hay otras maneras de hacer las cosas y son autosustentables, que no cuestan grandes sacrificios ni al Estado ni al resto de las organizaciones no gubernamentales”. Con esta concepción, no se reciben donaciones, sí en cambio presentan proyectos que de ser aprobados son financiados. La farmacia de Pompeya se sustenta con el aporte del sindicato Interprofesionales de Trabajadores de Ginebra, Suiza; el servicio de salud que se presta en el tercer piso fue financiado por la fundación Províctimis, mientras que la inauguración de un centro de abastecimiento será posible gracias a un convenio con Desarrollo Social de la Nación y el Gobierno porteño.
La diferencia de precios con las cadenas de farmacias de la zona es notable. Por eso, se sospecha que desde la competencia están preocupados. Para la presidenta de la mutual es común la visita de inspectores al local. “En la inauguración de la primera farmacia recibimos la visita de 17 inspectores que casi no entraban en la farmacia, ahora en la segunda, el Gobierno de la ciudad ya envió inspectores”.
“Con el tema de salud lo primero que vimos fue que en el 70% de los casos, luego de tener la receta, las personas no podían comprar el medicamento”, comentó la presidenta de la mutual cuando se refiere al nacimiento de entidad. Su historia como militante luego de haber pasado por las cárceles argentinas en las dictaduras militares hizo que junto a un grupo de exiliados políticos reciclaran sus fuerzas por trabajar en la mejora de la calidad de vida de la sociedad. Así se organizaron como Solidarios ante la Opresión al la Libertad (SOL), para formar en 1998 la Asociación Mutual Sentimiento.
Propuestas y proyectos sobran, voluntad también. Intentan funcionar a través del centro de salud como un filtro entre los hospitales públicos, atendiendo los casos más simples y derivando sólo los casos más complejos. “Tendría que haber una política de Estado para que los hospitales no estén desbordados”, reflexionó Draguicevich.
El edificio que pertenecía a terrenos del ferrocarril fue cedido por plazo renovable de cinco años en plena gestión menemista. A pesar de los inconvenientes burocráticos hoy siguen en pie y extendiendo su labor a distintas áreas. Cuentan con un centro de salud con gabinete psicológico, psiquiátrico, ginecología, pediatría, medicina en general, una juegoteca, una emisora de radio, una huerta orgánica, un nodo de trueque y próximamente una biblioteca popular y un centro de vacunación, odontológico y enfermería.
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Cómo cumunicarse:
Asociación Mutual Sentimiento. Av. Federico Lacroze 4881 (1427).
Tel/Fax: (05411) 4552-2257.
www.mutualsentimiento.org.ar
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*Revista Tercer Sector
