El Día Internacional de la Mujer “nos recuerda que estamos en una sociedad sexista en donde se vuelve necesario conmemorar la lucha de las mujeres”, consideró María Rachid, una de las impulsoras del movimiento de lucha en contra de la lesbofobia en Argentina y una de las referentes de la defensa de los derechos de la mujer en el país. En un comienzo, la pelea fue personal, pero poco a poco ella y su pareja, Claudia Castro, se fueron dando cuenta de que no estaban solas.
Luego de fundar la organización “La Fulana”, se convirtieron en las activistas más fervientes del movimiento de mujeres homosexuales y hoy tiene un lugar en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) como asesora.
— ¿Qué condiciones gana y cuáles pierde una mujer cuando hace esa elección sexual?
— Por ser lesbiana en sí, no gana nada en particular. Si lo vive libremente, gana el poder relacionarse con su deseo, con su propio cuerpo, con sus sensaciones. Ahora, perder, se pierde mucho porque en una sociedad homofóbica, lesbofóbica, elegir algo que está en contra de la norma, de lo considerado socialmente obligatorio, se pierde mucho y se paga un costo. Se pierden vínculos, posibilidades laborales y hasta tranquilidad y seguridad. Todo cuesta mucho más. Si vos tenés que mentir permanentemente te convertís en otra persona que no sos, aparte de no acceder a algunos derechos…
— ¿En qué sectores de la sociedad crees que se está avanzando sobre la aceptación de la diversidad sexual?
— En general se está avanzando. La gente esta cada vez más abierta, más que nada en lo que respecta al acceso a nuestros derechos y con el tema de la discriminación. Sin embargo, todavía hay que llevar ese acuerdo a la vida cotidiana, a no hacer chistes, a no burlarse, a desterrar la discriminación de la familia, del círculo de amistades. Falta ponerlo en hechos.
— ¿En cuáles espacios de la sociedad considerás que la visión machista sigue estando arraigada?
— En todos. Todavía estamos en una sociedad sexista en donde el machismo y el sexismo son transversales a todos los espacios.
— ¿Considerás que desde que ustedes empezaron con su lucha se han ganado espacios en la sociedad?
— Creemos que tanto nuestras apariciones públicas como las de otros y otras activistas han contribuido a ganar espacios en materia de derechos, y esto se debe a quienes han trabajado en los medios de comunicación, la política, lo social. Aunque aún hay mucho por hacer…
— ¿Creés que el Día de la Mujer es un triunfo más de la hegemonía machista?
— No, todo lo contrario. El Día de la Mujer es un día de conmemoración que representa muchos otros momentos de lucha que fueron necesarios, que nos han permitio avanzar muchísimo y que van a seguir siendo necesarios. No es que ese sea el unico día de la mujer, sino que sirve para recordar la lucha de cientos de mujeres que durante años han venido peleando por los derechos, por la igualdad jurídica y social para las mujeres del mundo. Eso sí, nos recuerda que estamos en una sociedad sexista en donde el Día de la Mujer se vuelve necesario porque se vuelve necesaria la lucha de las mujeres, que es lo que se conmemora.
— ¿No considerás que se está haciendo una utilización comercial de esa lucha?
— Claro que sí. La utilización comercial que se hace nos parece mercantilista, capitalista. Esto de la flor y toda esa ridiculez… Pero no el día en sí.
— ¿Qué opinás de la imagen de la mujer que se muestra en las publicidades y en los medios?
— Lo que se ve es lo que es, pinta las cosas como son y que nuestra realidad sigue siendo discriminatoria. En muchos hogares del país y América latina, las mujeres no sólo tienen que hacerse cargo del trabajo afuera de la casa sino que además deben hacerse cargo del hogar y la familia. Esto es así.
— ¿En qué aspectos debe cambiar la sociedad argentina para que haya equidad entre hombres y mujeres?
— Hemos llegado a una igualdad jurídica gracias a muchas grandes luchadoras en la historia. Todavía hace falta la igualdad social y cultural, que se cambia no sólo con leyes, sino a través del arte, los medios de comunicación, la educación. Eso es lo que nos hace falta: educar, cambiar la forma de pensar para que el ejercicio cotidiano de nuestras realidad no sea discriminatorio, sino igualitario. Los niños y niñas no nacen sabiendo a discriminar, lo aprenden y lamentablemente también lo aprende en la escuela, que es un espacio donde falta mucha información respecto de los temas de la diversidad sexual.
— ¿Considerás que esta atención que le están poniendo los medios de comunicación a la diversidad sexual es una fachada?
— Depende de los casos. Hay medios que están comprometidos con determinadas luchas sociales y le dan importancia a algunas noticias. En otros, lo levantan simplemente porque es un tema que genera curiosidad y debate. Hay de todo. Hay medios que lo hacen por compromiso y otros porque vende. De todas formas, es importante que estos temas estén en la agenda social para que se debata y para que la gente cambie la metalidad y la discriminación, cuyo origen es la ignorancia, se diluya y alumbre una sociedad más abeirta y respetuosa.
AMB-AFD
AUNO-07-03-08
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