No encontró el rumbo

El «Taladro» cerró el año con más sombras que luces. En un clima deportivo salpicado de altibajos, con un equipo que bajo la conducción de Jorge Burruchaga nunca pudo afianzarse en el torneo. Después de mucho tiempo, el club comienza a mirar con preocupación la tabla de los promedios. En el plano institucional, se celebraron elecciones que determinaron la continuidad de Carlos Portell hasta 2011.

Mariano Verrina

Hace seis meses, cuando Jorge Burruchaga tomaba el cargo que había dejado Juan Manuel Llop y por el que también había pasado de manera interina Miguel Jerez, el nivel de expectativas en la gente de Banfield iba en aumento. Hoy, a pocos días de cerrar el 2008 y con el torneo Apertura terminado, el balance deportivo dejó un resultado que dista bastante del deseado.

El semestre del equipo transitó por un camino irregular: con ráfagas de buen fútbol, con altibajos llamativos en sus principales piezas, con resultados que no reflejaron el trámite del partido y con la sensación final de gusto a poco. Para muestra basta con recordar y comparar el inicio y el final de este campeonato, que dejó a Banfield en la decimotercera posición, con 23 puntos.

El 9 de agosto, el “Taladro” abrió el torneo como local ante Godoy Cruz. El primer equipo de Burruchaga, que había arrasado en los amistosos, formó con : Cristian Lucchetti; Marcos Galarza, José Devaca, Víctor López, Marcelo Bustamante; Nicolás Bertolo, Maximiliano Bustos, Walter Erviti, Luciano Civelli; Santiago Raymonda y Jerónimo Barrales. Aquella noche de viernes, Banfield perdió 2-1 ante los mendocinos, pero la imagen del equipo era alentadora. Perecía lógico que los refuerzos todavía no se acoplaran de la mejor manera y, a pesar de la derrota, se habían visto algunas pinceladas que cimentaban la ilusión de pelear el campeonato.

El 14 de diciembre, el “Taladro” cerró el torneo en Victoria, ante Tigre y allí la imagen resultó mucho menos nítida que la del arranque. El 0-1 ante el equipo de Diego Cagna reflejó los problemas que se venían acumulando a lo largo del certamen. Con muchos juveniles en la cancha, con más voluntades individuales que concepto colectivo y con poca fuerza anímica como para revertir un resultado, el conjunto de Burruchaga nunca terminó de definirse y se concluyó el Apertura con un rol de reparto.

En el medio de esos extremos, puntos altos y bajos constantes. El principal problema claramente previsible fue no encontrar un reemplazante para Darío Cvitanich. Barrales no pudo repetir en el torneo los goles que había hecho en los amistosos, los refuerzos de ataque (Federico Nieto y Sebastián Fernández) jugaron poco y mal, y los chicos del club (Cristian García, Guido Di Vanni y Facundo Ferreyra) tuvieron que hacerse cargo, sin demasiada suerte, de ocupar funciones que no pensaban desempeñar.

Para colmo, la rotura de ligamentos de Raymonda empeoró las cosas y los dirigentes no tuvieron los reflejos para usar el cupo de refuerzos que la AFA habilita para estos casos. El resultado: sólo 18 goles a favor, el mediocampista Nicolás Bertolo como máximo anotador, con 5, seguido por el defensor Víctor López, con 3. Hoy, ante la reapertura del mercado de pases, la mira está puesta en el mismo lugar.

PORTELL, POR TRES AÑOS MÁS

Por un camino paralelo al de la pelota, transitó la vida política del club, activa como pocas veces, en este semestre. El 8 de octubre, en unas elecciones históricas por la participación masiva del socio y por lo ajustado del resultado, Carlos Portell prolongó su mandato por tres años, por una diferencia de 24 votos con Eduardo Spinosa, el candidato de la oposición.

Las urnas dieron su veredicto, aunque el clima político, que sigue latiendo en la entidad del Sur, se reavivó en los últimos días ante la imposibilidad de presentar el balance económico de la temporada 2007-08, debido a una deuda que no estaba siendo considerada.

Termina el año. Y a Banfield nuevamente se le presenta la chance de analizar, revisar y buscar caminos para retomar el rumbo perdido.

El segundo semestre de 2008 reactivó problemas internos que no contribuyeron a la causa, encendió la luz de alerta con los promedios y, por un momento, la calculadora debió salir del cajón de los malos recuerdos. Por eso, en suma, el brindis tendrá más deseos que festejos.

MV-LDC
AUNO-22-12-08
deportes@auno.org.ar

Dejar una respuesta