A más de una semana de las elecciones de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), la opositora lista uno de Pablo Micheli aventajaba por poco más de 18 mil votos a la nómina de Hugo Yasky, cuyo mandato está vencido, por lo que la entidad se encuentra en acefalía.
Yasky anunció que recurrirá a un Comité Arbitral para pedir una prórroga de su mandato porque no admitió todavía los números adversos y que impugnará los guarismos de mesas de siete provincias.
Sin embargo, voceros de ambos sectores reconocen, no públicamente, que quien deberá prorrogar o no los mandatos son los propios órganos sindicales de la CTA.
Micheli aventajaba a Yasky por una diferencia de 18.249 votos, según datos del escrutinio provisorio publicados hoy en la página oficial de la CTA.
El porcentaje que obtenía Micheli era de poco más del 48 por ciento de los votos, contra poco más del 41 de su rival Yaski.
La crisis política e institucional de la entidad, que se propone como la contracara del sindicalismo tradicional de la CGT de Hugo Moyano, se revela por los escasos 280 mil afiliados que fueron a votar frente a 1,4 millones que estaba habilitados para sufragar.
A ello se sumó la decisión adoptada por la titular de la organización social Tupac Amaru, la jujeña Milagro Sala, que ayer anunció que abandona la CTA.
Sala al irse de la central sindical ratificó su pertenencia al kirchnerismo, a pesar de que en su provincia respaldo a la lista de Micheli que se impuso por un amplio margen de votos sobre los delegados provincial que respondían a Yasky.
Los datos oficiales hasta ahora son los siguientes: Micheli, 131.436; Yasky, 113.187 votos; la Lista 3, 7.341; la Lista 5, 4.265; y la Lista 4, 4.233. En blanco se registraban 7.820.
Otro dato gremial y político que quedó en evidencia es el pobre papel que desempeñaron las agrupaciones de izquierda. Los votos en blanco obtuvieron el tercer puesto en los comicios.
AUNO 30-09-10
SAM-HRC