No todo es competencia en los clubes de fútbol del sur del Gran Buenos Aires. Además de las actividades profesionales, casi todas las entidades llevan adelante tareas comunitarias junto con ONGs, organismos estatales e instituciones de bien público. En sus estadios se realizan actividades físicas, educativas y solidarias para niños y adultos de los alrededores.
Además, la mayoría de los clubes ceden gratuitamente sus instalaciones a entidades oficiales, organizaciones de la sociedad civil, agrupaciones de jubilados, escuelas de deportes amateur o fundaciones sin fines de lucro que no cuentan con el espacio para estas tareas.
Así, en el club Talleres de Remedios de Escalada funciona el comedor “Monseñor Casanova”, en el que cerca de cuarenta chicos de bajos recursos de barrios aledaños desayunan, almuerzan, practican deporte y reciben apoyo escolar desde hace ya cuatro años. Los chicos tienen acceso a una biblioteca, una sala de computación, la pileta pública y las escuelitas de deporte del club hasta la cuatro de la tarde.
Los voluntarios del centro de día, todos ellos vecinos, simpatizantes del club o colaboradores de la iglesia de Escalada, eligieron el nombre en honor a un sacerdote emblemático del barrio. La dirigencia del club admitió que “aún hoy el comedor se mantienen gracias a los aportes de la parroquia”.
Por su parte, el Club Atlético Temperley recibe en su estadio dos veces por semana a la escuela de fútbol para ciegos, o torball, de la municipalidad de Lomas de Zamora. Luis Rodríguez, su vicepresidente, contó a AUNO-Tercer Sector que “el predio fue solicitado por la municipalidad hace cuatro años y desde entonces los chicos se entrenan para el torneo provincial”.
En Remedios de Escalada también funciona una escuelita de torball ‘tallarín’ y en su sitio oficial sus dirigentes sostienen que “es uno de los pocos lugares en donde se practica en la provincia de Buenos Aires”.
El Club Atlético Lanús desarrolló el programa “Recreación y Deportes Especiales (Redees)” para personas con discapacidad intelectual leve y moderada.
En Redees colaboran una licenciada en terapia ocupacional y profesores de educación física especial que diseñaron este método integral para “desarrollar al máximo los potenciales de cada alumno, y destacar lo que mejor hacen como forma de superar las limitaciones y mejorar su socialización con la comunidad”, según se detalla en la página oficial del club.
También entidades con reconocida trayectoria en el trabajo social como la “Fundación Pupi”, fundada por el volante del Inter Javier Zanetti, acudieron a los clubes de la zona para poder llevar adelante sus actividades. El dirigente Edgardo Guerrero dijo al respecto que “Talleres (de Escalada) se siente orgulloso de que los chicos se entrenen acá, en el club que vio nacer a Javier”.
El “Hogar para chicos Leopoldo Pereyra” recibió de manos de la subcomisión de socios banfileños una importante donación de ropa, alimentos y útiles escolares. Los socios se las arreglaron para organizar varias colectas sin echar mano a los recursos del club.
Los dos equipos de primera división del sur, eternos rivales en lo deportivo, coincidieron en la apuesta por la educación aunque se diferenciaron en los niveles.
Mientras el club Atlético Banfield colabora desde hace cuatro años con el polimodal “Ing. Carlos E. Guidice”, que funciona en la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), el club Lanús fijó su rumbo en los más pequeños para albergar en su sede un jardín de infantes homónimo de doble jornada.