Lanús, enero 3 (AUNO).- Cerca de 20 mil hinchas, esparcidos entre el campo de juego y las tribunas de la “Fortaleza” de Guidi y Arias, disfrutaron de los festejos por los 100 años de Lanús en un evento que contó con espectáculos de distinta índole, entre música, teatro y arte, y que cerró con la presencia en el escenario principal de varias figuras de la historia futbolística granate, entre ellos algunos de los campeones de los tres títulos conseguidos, a saber: Hugo Morales, Ariel López, Carlos Bossio, Ramón Cabrero, y estandartes de la actualidad como Guillermo y Gustavo Barros Schelotto.
La idea era concreta: aguardar hasta el inicio del día para celebrar, a puro jolgorio, el centenario de la entidad de la Zona Sur del Conurbano bonaerense, nacida un 3 de enero de 1915. Y para arribar a ese momento hubo un extenso recorrido que tuvo su epicentro en la cancha, desde hoy con nueva denominación, pues, por incentivo de la comisión encargada de la organización, se pasó a llamar “Estadio de los sueños”.
Los simpatizantes, que se acercaron al club desde las 19, se encontraron con una serie de ensayos, entre videos y actuaciones sobre la tarima, que sirvieron de excusa para hacer un itinerario compacto de la trayectoria de la institución a nivel deportivo, además de su consolidación como espacio social en la región.
En ese sentido, la sorpresa mayor correspondió al desarrollo de un teatro aéreo, a cargo del grupo Prix D’ami, que propició, a lo largo de una hora, y hasta el conteo definitivo para el centenario, un abanico de bloques para explicar la historia de Lanús, desde el amateurismo a la actualidad. Allí hubo tiempo para destacar todas las especialidades que se practican y no sólo el fútbol. Es por eso que se allanó el camino para que el básquet, el taekwondo, el patinaje artístico y hasta la gimnasia rítmica dieran el presente en el evento.
Sin embargo, las ovaciones principales se dieron antes y después, cuando los jugadores saltaron a escena. Así el panorama, al que más se vitoreo fue a José Sand, pieza clave con sus goles para obtener el Torneo Apertura en 2007. Con una emoción evidente, el correntino, que disfrutó en todo momento de los aplausos constantes de los hinchas y los cánticos como el que indica que “ese es el famoso ‘Pepe’ que se fue de Banfield para ser campeón”, reiteró aquello que aclara desde hace varias temporadas: “Quiero retirarme acá, en Lanús, donde la gente me tiene un cariño increíble”.
Otro que tuvo su reconocimiento masivo fue Cabrero. El técnico vivenció como hace poco más de siete años el habitual “oy, oy, oy es el equipo de Ramón” y él retribuyó con el reconocimiento al club, ya que destacó “la importancia del trabajo constante de todos lo que son parte de Lanús para que crezca”.
Esa idea fuerza, la del crecimiento permanente, es la que pregonaron, a su turno, distintas figuras, desde estrellas del pasado como López, Bossio o Rodolfo Graieb, hasta futbolistas del presente como Lautaro Acosta y Leandro Somoza. Aunque las voces de mayor peso correspondieron a Morales y Armando González. Tanto “Huguito” como la “Urraca”, símbolos de la Copa Conmebol en 1996, valoraron cómo los cobijo “El Granate” en lo momento más complicados de su vida con sendos problemas de salud. “Cuando te rodea gente que te quiere salís adelante, y eso en Lanús es constante”, coincidieron.
El que tomó la posta para mirar al futuro fue el actual entrenador. El “Mellizo” puso en consideración que, si bien es importante “lo conseguido en el último tiempo”, es fundamental “ir por más”. “Vamos a prepararnos de la mejor forma para intentar hacer un buen papel y buscar más títulos para la institución”.
En sintonía con esa declaración se mostró el presidente de Lanús, Alejandro Marón, aunque ya desde el plano social y no estrictamente futbolístico. Así es como se posó en “la identificación del barrio y el club”. Y así lo detalló: “Hay que seguir fomentando las actividades deportivas en todos sus sentidos, porque desde ellas nace el vínculo de cada uno con la institución. Además, son trascendentales las amistades que se generan, y todo un crecimiento social que hace de esta entidad lo que es hoy, el club de barrio más grande del mundo”.
Si bien la fiesta se concentró en la noche, en pleno Guidi y Arias, los hinchas se acercaron, en su gran mayoría, durante la tarde, de la mano de una caravana vestida de granate y que recorrió la ciudad desde la estación de Lanús hasta la plaza Sarmiento, a unas cuadras de la cancha.
Allí las banderas de multiplicaron y las camisetas eran moneda corriente en sus diferentes versiones. Por caso, una casaca de uso repetido fue la de botones, elegante, que antaño era una estampa en los jugadores que hicieron historia y que actualmente se rememora a partir de un emprendimiento de la Comisión del Centenario.
Lanús disfruta de sus 100 años, mira de reojo el horizonte en pos de otros de similar performance, con la idea de desafiar al tiempo y crecer, como repiten sus protagonistas, los deportistas, dirigentes, y, fundamentalmente, hinchas.
AUNO 03-01-15
MQ-MJV