Un programa de construcción de viviendas sociales bioclimáticas, basadas en un mayor aprovechamiento de la energía solar y del viento para la calefacción y ventilación, y de esa manera disminuir el consumo de recursos no renovables, fue presentado por el Instituto de la Vivienda de la Provincia de Buenos Aires.
El programa, que se iniciará en el municipio de Tapalqué, con la construcción de cuatro viviendas a manera de prototipos, se lleva a cabo en forma conjunta con el Instituto de Estudios del Hábitat de la Universidad Nacional de La Plata (IDEHAB-UNLP), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), además del propio municipio y el Instituto de la Vivienda.
La experiencia consiste en edificar viviendas con materiales especiales, que faciliten la absorción del calor, y con una orientación que favorezca el impacto de los rayos del sol, en invierno, y la circulación del viento para ventilación, en verano.
El programa es “una experiencia de vanguardia en territorio bonaerense, y marcará un paso fundamental en la construcción de soluciones habitacionales sociales ecológicas a gran escala en el futuro”, señaló Carlos Pisoni, administrador del Instituto de la Vivienda.
Para lograr un mayor aprovechamiento de las energías renovables, los constructores utilizan el sistema denominado “muro Trombe”, que consiste en una doble pared de cemento y vidrio, que forma una cámara de aire. Este muro está orientado hacia el sol, por lo que en invierno se calienta el aire que luego circula dentro de las habitaciones mediante un sistema de ventilación.
Las viviendas tienen el techo inclinado y un alero que impide, en verano, el impacto de los rayos solares sobre el muro Trombe, de manera que el aire en su interior no se caliente. Al mismo tiempo, una modificación en el sistema de ventilación permitirá la circulación de aire fresco.
El proyecto prevé que en el futuro se puedan incorporar a los prototipos equipamiento como horno solar, secador de ropa solar, energía eléctrica fotovoltaica con unos módulos específicos para el aprovechamiento de la luz solar para uso diario para que la casa se transforme en autosustentable.
Las nuevas viviendas estarán financiadas totalmente por el Instituto de la Vivienda aunque el municipio también aportará fondos para las diferentes etapas que implica el proyecto.
Este convenio que permite la construcción de las viviendas es la expresión de un trabajo de investigación realizado por el INTI junto con la UNLP a través del IDEHAB, sumado a la ejecución por parte de la provincia y el municipio de Tapalqué.
El Instituto de la Vivienda de la provincia será el encargado de coordinar el proyecto y la construcción de las viviendas, también de aportar soluciones tecnológicas y de capacitar a los inspectores municipales y a las familias destinatarias. En tanto, el IDEHAB-UNLP realizará el diseño, la simulación, el modelado y las mediciones durante el periodo experimental. Y el INTI acompañará durante diferentes etapas del proyecto aportando a los sistemas constructivos, certificará mediante normas IRAM y será el encargado de evaluar los parámetros energéticos finales.
Esa comuna fue la primera en solicitar la construcción de este tipo de viviendas, aunque las autoridades del IVBA aseguran que hay otros cuatro municipios interesados en la experiencia.
Las casas ecológicas serán ocupadas por empleados municipales de Tapalqué y mantenidas integralmente por el municipio. Este último aspecto resulta fundamental para asegurar la calidad de las mediciones que se realizarán en los prototipos, de manera que los resultados podrán ser tenidos en cuenta como trabajo científico para el control como si se tratara de un experimento dentro de un laboratorio.
El convenio fue firmado por el titular de Vivienda y los representantes del INTI, Mario Martínez; el presidente de la UNLP, Gustavo Aspiazu; el Decano de Arquitectura de la UNLP, Néstor Bono y el intendente de Tapalqué, Gustavo Cocconi.
Fuentes de la Secretaria de la Vivienda explicaron a AUNO que “la futura construcción masiva de este tipo de viviendas no está subordinada al éxito de la aplicación de los prototipos sino más bien a una política de Estado. Los instrumentos legales y de gestión ya están aceitados, el consenso político en este tipo de decisiones, la conciencia ecológica está muy bien encaminada. Nada hace pensar que en un mediano plazo este tipo de construcciones no tengan un auge realmente masivo”.