El 23 de febrero de 1917 las mujeres de Petrogrado salieron a la calle, al grito de paz y pan, para pedir mejoras en las condiciones laborales y de vida, ya que Rusia tenía tropas activas en la Primera Guerra Mundial. Obreros, campesinos, y más tarde, soldados, se sumaron a estas protestas que dieron comienzo a la Revolución de Febrero. “Son las mujeres las que dan el puntapié inicial al proceso revolucionario”, explicaron especialistas en historia en diálogo con AUNO.
Desde 1910, las mujeres en Rusia conmemoraban el Día Internacional de la Mujer, pero la huelga del 23 de febrero de 1917 (8 de marzo, según el calendario gregoriano) no sería una marcha más. Las consecuencias de la Gran Guerra recaían en la población con mayores impuestos, desabastecimiento de alimentos, y con los campesinos que eran enviados a luchar en el frente.
“Todo eso colmó la paciencia de las personas de las ciudades, pero sobre todo de Petrogrado (actual San Petersburgo)», explicó a AUNO Martín Baña, doctor en Historia, docente, investigador del Conicet, autor de Quien no extraña al comunismo no tiene corazón (Crítica, 2021) y coautor de Todo lo que necesitas saber sobre la Revolución Rusa (Paidós, 2017), entre otros.
Los recursos que Rusia enviaba al frente hicieron que “se empobreciera aún más” y es el pueblo quien pide que se salga de la guerra, ya que su participación en este conflicto hacía que la Nación “se desangrara”. Por esa razón, en la huelgas se pedía Paz y Pan, explicó la historiadora y divulgadora Florencia ‘Pupina’ Plomer a esta agencia.
A estas protestas también se sumarían los soldados que volvían del campo de batalla, y esta disconformidad con lo que sucedía en Rusia haría que el zar Nicolás II abdicara el 2 de marzo (15, según nuestro calendario), lo que marcaría el fin de una dinastía que gobernó ese territorio desde 1613. Después vendría la Revolución de Octubre (noviembre en el calendario gregoriano), y en 1922 se crearía la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
¿Qué pasó después de febrero de 1917?
“El reconocimiento a las mujeres fue inmediato”, contó Baña, porque después de la Revolución se aprobó el código sobre la familia, donde la mujer comienza a tener igualdad en todo con los hombres, y se logran otras conquistas, por ejemplo, el divorcio, los hijos que nacían dentro del matrimonio como los que no tenían los mismos derechos, en 1920 se legalizó el aborto.
“Rusia fue el primer país en el mundo en hacerlo», explicó el docente, y también se comenzó a pensar la liberación femenina a través del salario, ya que las labores domésticas, que estaban asociadas a las mujeres, se sociabilizaron con los hombres. “Todo aquello marcó grandes cambios en la vida de las mujeres y de la sociedad rusa en general”, sumó Plomer.
Todo eso se mantuvo hasta la década del 30, donde hay un retroceso importante, con la llegada de Iósif Stalin al poder, explicó Baña, a lo que Plomer agregó que la vida de las mujeres acompañaron los cambios de paradigma en la estructura social y política de la URSS, ya que hubo un momento donde se volvió a hacer hincapié en en valor de la familia tradicional y la maternidad “porque hacía falta aumentar la población rusa”.
Con el nuevo mandatario en la URSS se vuelve a prohibir el aborto, y otra vez se piensa a la mujer desde un enfoque patrialcal dentro de la familia. Luego de la muerte de Stalin, se legaliza el aborto, aunque el lugar de la mujer «no será tan distinto al tradicional”, aclaró Baña, porque “las teorías feministas eran vistas como un producto burgupes”, por esa razón sus ideas no tuvieron tanto impacto en la Unión Soviética como en los demás países.
Los derechos de la mujer en la era de Vladímir Putín
En diciembre de 1991 la Unión Soviética se disolvió, y Boris Yeltsin se convirtió en el presidente de Rusia hasta 1999; de 2000 hasta el 2008 lideró Vladímir Putín; de 2008 al 2012 Dmitri Medvédev; y desde el 2012 a la actualidad otra vez, Vladímir Putín.
“Hoy el presidente ruso prefiere hablar de ideología de género para cuestionar cualquier avance” en los derechos de la mujer, explicó Baña, y agregó que en la actualidad “hay un retroceso significativo”.
El presidente de Rusia tiene políticas “más tradicionalistas, donde se refuerzan muchas características del patriarcado”, enfatizó el investigador del Conicet. Y en cuanto a los derechos sobre políticas en diversidad sexual, “Rusia está un poquito atrasada”, concluyó Plomer.
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