Banfield vive horas de confusión al cabo de la anunciada salida del director técnico Patricio Hernández, la llamativa permanencia de su ex ayudante de campo, Pablo ‘Vitamina’ Sánchez, y la simultánea búsqueda de un entrenador que asuma el desafío de hacerse cargo de un plantel sin demasiadas variantes y con el ánimo por el piso.
En la víspera del trascendental duelo contra las Aguilas del América de México, por la Copa Libertadores de América, el ‘Taladro’ luce sin rumbo como consecuencia de una serie de decisiones desacertadas que evidencian la dolorosa caída de un club que unas temporadas atrás desafiaba sin temor a los equipos más poderosos del país y del continente.
Hernández fue destituido el viernes pasado por el presidente de la entidad sureña, Carlos Portell, una vez consumada la derrota por 2-0 ante Estudiantes de La Plata, por la sexta fecha del Torneo Clausura.
Su ciclo, el segundo en la institución tras su paso entre 1996 y 1997, se extendió apenas por nueve encuentros, con un saldo deficitario de seis derrotas, un empate y apenas dos victorias.
Tras una prolongada estadía en la localidad bonaerense de Tandil —con la obtención de una copa de verano incluida— que se tradujo en la pretemporada más larga para un equipo de Primera División, el derrotero de Banfield comenzó con la dolorosa derrota por 4-0 ante Boca Juniors, en cancha de Racing Club, por la jornada inaugural del certamen local.
Aquella noche de sábado se escucharon los primeros reproches hacia el entrenador, que armó una defensa con apenas tres jugadores que fue vapuleada por la veloz y oportuna ofensiva xeneize.
El segundo capítulo de la historia fue el clásico ante Lanús en Guidi y Arias. El 2-1 a favor del ‘Granate’ no evidenció la gran superioridad que mostraron los pupilos de Ramón Cabrero dentro del campo de juego.
Allí, en el mismísimo estadio del histórico rival de barrio, algunos dirigentes de Banfield evaluaron la idea de rescindir el contrato de Hernández, aunque finalmente desistieron por la inminencia del debut copero ante Libertad de Paraguay.
La tercera semana de Patricio se cerró con una agónica caída 1-0 en Asunción y un empate 1-1 frente a Rosario Central en el estadio Gigante de Arroyito.
El equipo mostraba leves mejorías gracias a los buenos rendimientos del delantero Darío Cvitanich y el mediocampista José Chatruc. Sin embargo, aquellos arrestos individuales no alcanzaban para sumar de a tres unidades.
La vuelta al reciclado ‘Florencio Sola’ coincidió con el mejor momento de la breve gestión de Hernández: el 4-1 sobre el débil El Nacional de Ecuador y el 2-1 a Independiente, con ráfagas de buen fútbol.
No obstante, todo volvió a derrumbarse a los pocos días: el 0-4 sufrido en el legendario estadio Azteca ante las Aguilas del América puso a las claras todas las carencias de un planteo táctico mezquino que se derrumbó en pocos minutos.
La próxima escala de Banfield fue el Nuevo Gasómetro ante un San Lorenzo que llegaba con el ánimo en alza tras golear a Boca. Sin embargo, Banfield se encontró en ventaja –ganaba 1-0 y el Ciclón quedó con 10 jugadores—, pero el equipo de Ramón Díaz aprovechó la debilidad de su rival, dio vuelta el marcador y dejó a Patricio en la cuerda floja.
La crónica de un despido anunciado culminó el viernes, luego de otra poco feliz presentación del conjunto albiverde, con la caída como local ante el último campeón del fútbol argentino. Desde aquella polémica decisión de poner una línea de tres defensores ante Boca, pasando por un llamativo recambio de jugadores que incluyó los indultos a Cristian Bardaro y Cristian Maidana —a quienes no había llevado a la pretemporada—, hasta llegar a los insultos de la gente durante el encuentro frente a Estudiantes.
El futuro dirá si el cambio de entrenador (se barajan los nombres de Julio Falcioni, Leonardo Astrada y Nery Pumpido) se traduce en una mejoría futbolística de un plantel que parece no tener mucho más para dar. Quizá la inyección anímica que aporta la llegada de una nueva cabeza de grupo sirva para aquietar las aguas.
Los dirigentes sabían que debían reaccionar tras las derrotas que acarreaban silbidos e insultos para todos. Optaron por despedir al director técnico. Quedará para rever las formas en las que se alejaron del club los últimos entrenadores (Luis Garisto, Falcioni y Carlos Leeb) y esperar que la próxima apuesta esté vinculada con un proyecto a largo plazo.
Ahora comienza otra etapa en la que deben afinar la puntería y elegir bien si no quieren que la declive futbolística del club sea aún más pronunciada.
AUNO 20.03.07 MV-MFV