Fiorito, Ingeniero Budge, Villa Albertina, Santa Catalina, Villa Urbana, Centenario, Villa Lamadrid, Santa Marta, Villa Independencia. Barrios de la zona más pobre de Lomas de Zamora donde sus habitantes volvieron a inundarse, tal como ocurrió con toda lluvia fuerte de –al menos— los últimos 30 años.
Desde hace dos años, el Gobierno nacional puso en marcha una serie de obras hídricas en Lomas de Zamora para paliar el problema de las inundaciones. Las más importantes son el saneamiento, entubamiento y la canalización de algunos de los arroyos que surcan el distrito: Unamuno, Del Rey, Santa Catalina y Galíndez. A algunos de ellos, como el Unamuno, se les construyeron aliviadores, cuyas obras están paralizadas desde hace meses. Según las previsiones, los trabajos finalizarían en dos años.
Mientras tanto, la inundación sigue develando el dejá vú de la desgracia de quienes viven en esos barrios surcados por arroyos entubados o canalizados. La paradoja. Como la imagen del rancho alumbrado a velas, debajo de una torre de alta tensión, símbolo del progreso.
Podría dárseles el concepto de “inundables”, es decir “aquellos que son susceptibles de”, “los que están a un tris de”. Los previsibles después de la tormenta.
Los inundables son la tierra debajo de la alfombra nacional y popular, la desidia de los PRO y Contras, el mal endémico del que –-por ser tal— no se le busca el por qué en los medios de comunicación y los devela como lo que siempre fueron: inundables.
AFD
AUNO-22-07-09