Decenas de adolescentes esperaban poder ingresar para vivir la magia del K-pop una tarde más. Al final del salón, el escenario lxs esperaba para que subieran a mostrar sus habilidades y conocimientos durante toda la jornada. Las canciones no tardaron en comenzar a sonar y, de repente, sólo se escucharon gritos de euforia y felicidad. El teatro porteño “El Palacio” estaba lleno de stands con una infinidad de accesorios, ropa y póster con las caras de los ídolos pop coreanos. En la primera planta, los diferentes clubes de fans aguardaban la llegada de sus miembros.
Apenas doblando en Rodríguez Peña y Corrientes, podía verse una larga fila de adolescentes ansiosos por entrar. Como desde hace unos años ya en nuestro país, comenzaba un nuevo encuentro de “fandom” de las bandas coreanas más populares de los últimos tiempos. En esta oportunidad, con entrada libre y gratuita, promocionado únicamente por la red social Facebook en la página oficial de K-pop Stars.
Las puertas se abrieron y las caras de lxs chicxs se iluminaron dejando atrás la ansiedad que sostenían mientras esperaban en esa vereda angosta de Rodríguez Peña. La única persona encargada de seguridad gritaba “¡chicos por favor circulen!”, se lo notaba nervioso, no podía manejar esta masa hormonal descontrolada. Pero ¿descontrolada por quién? Porque lo más llamativo de este evento, es que no se ven artistas coreanos por ningún lado. Tampoco vienen las bandas a hacer un show, lo que los reúne y les da orgullo es simplemente eso, “formar parte del ‘fandom’ más grande de K-pop del país”.
En muchos casos lxs chicxs cuentan que se conocieron por redes sociales. En estos eventos se reúnen a verse por primera vez, a formar lazos con quienes sienten forman parte de sus vidas por compartir gustos y pasiones. Definen el lugar como un espacio donde no tienen miedo a que los rechacen porque, como explicó Ivana, hay un “apoyo de todos y la posibilidad de compartir algo que nos hace felices”. Por su parte, Belén, organizadora del evento y referente de K-pop Stars, comentó que hace dos años se dedica a hacer estos eventos tanto en Buenos Aires como en Rosario y Córdoba. Lo que la motivó fue su propio fanatismo por los cantantes coreanos de moda y el hecho de no poder disfrutar de su pasión en ningún lugar bailable de la Ciudad.
El pop coreano abarca varios géneros musicales, como el hip hop y el Rhythm and Blues (R&B). Esta fusión de estilos musicales genera el resultado perfecto: canciones que mínimamente van a provocar un movimiento de cabeza en quien las escuche. Algunos de los grupos más conocidos de pop coreano son: BTS, EXO, Super Junior y Black Pink. Sin embargo, las compañías discográficas surcoreanas se encargan de sacar al mercado constantemente nuevos grupos. Uno de los aspectos imprescindibles del pop coreano son las coreografías. Imitarlas a la perfección es una obsesión de sus fanáticos.
“Viene alguien que no conocés, le empezás a hablar y de la nada se hacen amigos, y te divertís. Es un espacio lindo porque todos compartimos el mismo gusto”, contaba Flor de 14 años, fan desde los 10 de una de las bandas de pop coreano más conocidas: BTS, antes de correr hacia el escenario a saltar con amigas porque empezaba a sonar “Blood, sweat & tears”, uno de los temas más populares de su banda favorita. “Esto es una comunidad donde compartimos la pasión por la misma música; además de venir, conocernos y hacernos amigos, también participamos de sorteos donde bailamos o cantamos las canciones de las bandas que admiramos. Es una buena forma de mostrar el talento que tiene cada uno”, relataba Ivana, minutos después de haber ganado el concurso de canto.
En el stand del fan club de “Black Pink”, Micaela resaltó que estos encuentros sirven para “festejar”. Al mismo tiempo explicó que juntan plata para poder “apoyar a sus grupos”. Son adolescentes y jóvenes que tienen entre 11 y 25 años, lucen pelos teñidos de colores y accesorios llamativos como barbijos. Llegan desde todas partes de Capital y el Conurbano, los más grandes solos, los más chicos acompañados por madres y padres.
Un aplauso para mamá
En este evento de tanta efervescencia adolescente también se destacaron las madres. Ellas, ubicadas en el fondo del teatro, estaban ahí firmes y atentas a los movimientos de sus hijxs. Preocupadas por la capacidad del lugar no faltaba quien se le acercara al encargado de seguridad para insistirle en que no dejara entrar a nadie más.
Una madre que trajo a sus hijxs desde Lomas de Zamora, a los gritos y buscando complicidad con otras que se encontraban reunidas, describió el evento como “una pantalla en la que pasan videos. Es un negocio redondo, cómo no se nos ocurrió”. Aunque el encuentro fue gratuito, los puestos de ventas no dejaron de trabajar en toda la tarde. Vilma, de Talar de Pacheco, contó que su hija “vino con 400 pesos, cuando se quede sin plata para comprar nos volvemos.”. Ella cuenta con varios encuentros de fandom en su haber e insistió en que “es siempre lo mismo, pasan los videos, gritan y compran.” Pero que acompaña a su hija porque tiene 14 años y prefiere acompañarla a que vaya sola.
Durante las siete horas que duró el evento, El Palacio estuvo al máximo de capacidad. Fans gritando ante el comienzo de cada canción y video proyectado, ante cada respuesta correcta de los distintos concursos que se llevaron a cabo y durante cada presentación de baile y canto. Caras de felicidad y entusiasmo por doquier, por poder disfrutar de lo que les gusta, entre todos, y cerca, porque sus ídolos rara vez vienen por Buenos Aires, viven del otro lado del mundo.
Lo que genera el pop coreano es una suerte de orientalización de occidente. Pero con una contradicción: estos grupos de Corea del Sur tienen una imagen completamente occidentalizada. Sin embargo, la alegría que generan en sus seguidores es genuina y el fenómeno crece cada vez más.
AUNO 23-07-2018
CP-GM-AFG
Nota realizada para Taller de Redacción Periodística
