Los vecinos de la zona de Cuartel IX, en Lomas de Zamora, sufrieron durante la última semana cuatro apagones de cuatro horas en cuatro noches seguidas.
Las interrupciones en el suministro de energía eléctrica ocurrieron el sábado entre las 20 y la 1 de la madrugada, el domingo entre las 19:30 y las 23:30, el lunes entre las 19 y las 22 y el martes entre las 18:30 y las 22:30. Afectaron a alrededor de mil familias que viven en 60 manzanas de barrios lindantes a Camino Negro, en Banfield.
El sábado, el primer corte llegó por sorpresa cuando comenzaba la noche y obligó al cierre de numerosos comercios, entre ellos pizzerías, remiserías y kioscos, establecimientos de los más comunes en la zona y que habitualmente tienen durante los fines de semana sus jornadas más productivas.
Los vecinos comenzaron a llamar al teléfono destinado por la empresa para este tipo de emergencias, pero se encontraron con el primer problema: “El 0-800 que Edesur pone para reclamos estaba saturado y el otro número de teléfono daba continuamente ocupado”, explico María Rosa, una vecina del barrio que vive hace 35 años a dos cuadras de los Tribunales de Lomas de Zamora.
“El primer motivo que los representantes de la empresa dieron fue un desperfecto en el transformador que centraliza la corriente que llega a todo el barrio”, le respondieron a mujer cuando finalmente logró comunicarse.
El domingo, las familias amanecieron con la energía renovada y continuaron el día con normalidad, hasta que a las 19:30 volvió a apagarse todo. Esta segunda jornada consecutiva de interrupción del servicio empeoró la situación y puso de manifiesto nuevas problemáticas, en especial la inseguridad en las calles oscuras y el avance del frío frente a la imposibilidad de la calefacción eléctrica.
“Si al frío que está haciendo le sumamos que no podemos enchufar las estufas eléctricas, va a ser muy difícil pasar este invierno”, pronosticó Dardo de Ríos, un comerciante de la calle Zelaya al 1500.
Pero además, los problemas que derivan de la falta de iluminación pública en la zona fueron descriptos por otra vecina, Cinthia Duré: “No podés salir a comprar nada, ni siquiera a la estación de servicio, porque te afanan”.
Finalmente, la energía regresó casi a medianoche, cuando la mayoría de las familias dormían. Para entonces, “ya era tarde para ducharse, hacer trabajos prácticos en computadora o simplemente leer un libro sin quemarse las pestañas”, lamentó Luján Paz, de 17 años, que esa noche estudió a la luz de una vela.
El lunes, la luz volvió a cortarse alrededor de las 19, cuando muchos volvían de sus trabajos, la escuela, o viajaban hacia la universidad. Entonces fue que las madres del barrio se mostraron aún más preocupadas por el tema de la inseguridad de la noche sin luz.
Pero con el regreso de la semana laboral, un nuevo problema se hizo manifiesto: el peligro de cruzar la calle y la posibilidad de accidentes de tránsito ante la falta de semáforos que funcionaran.
El problema afectó, sobre todo, al barrio que se extiende hasta los Tribunales de Lomas de Zamora, debido al tránsito fluido sobre Camino Negro, Larroque y Las Heras.
Los vecinos manifestaron también su descontento por tener que esperar el colectivo en la oscuridad: “Primero que por poco tenés que tirarte en el medio de la calle para que te vean y frenen, segundo está el tema de la inseguridad de estar parada en una garita a la noche y sin luz, aparte del tránsito que hace que los colectivos no puedan frenar”, argumentó Mirta, de 55 años y que hace más de 40 que vive allí.
Cuando las tres noches consecutivas sin luz se mostraban como algo digno del libro Guiness de Records, el martes llegó una cuarta, y con ella la saturación de la paciencia de los vecinos.
“El martes no les quedo otra excusa que darnos y empezaron con que el excesivo consumo de luz de los vecinos del barrio que enchufamos estufas y tenemos muchas luces prendidas fue el causante de los cuatro cortes”, criticó Ariel Márquez, un joven que hace poco llegó al barrio escapando de otra problemática conocida por los habitantes del conurbano y que él sufrió “innumerables veces” cuando vivía en Santa Marta: las inundaciones.
Una u otra, cualesquiera hayan sido las causas de los repetidos apagones, lo cierto es que los vecinos del barrio Cuartel IX de Banfield se proclaman “cansados de esto” y piden “una solución urgente”, tal como lo testimonió María Rosa.
César, un abogado de la zona, realizó su propia interpretación de esta problemática: “Sabemos que quieren subir las tarifas y que el Gobierno no los deja, y seguro que hacen esto para agitar las aguas e impacientar a la población”.
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