(AUNO) Los efectos del aluminio son potenciales y no cualquier exposición es capaz de generar consecuencias, aseguró Daniel Orihuela, investigador de la UNL. “Por eso es difícil dar consejos al público sobre lo que se debe y no se debe hacer. El sentido común indicaría que reduciendo la exposición, disminuimos el riesgo de intoxicación”, agregó.
Con respecto a la variada serie de elementos que contienen aluminio en la actualidad, Orihuela indicó que “la expansión de su uso se debe a ciertas propiedades que posee (maleable, inoxidable, relativamente barato) o a capacidades que tiene (deja límpida el agua potable, es un efectivo antiácido)”.
Para el equipo de investigación, lo más conveniente es “no alertar a la población, sino dar a conocer el tema”. Y dirigen las sugerencias para disminuir los riesgos hacia los organismos encargados de la salud pública, para que “extremen los controles sobre los medicamentos de venta libre que contienen compuestos de aluminio y en especial las soluciones para la alimentación parental”.
Además, insisten en “no descuidar las mediciones de los niveles de aluminio del agua potable para el consumo de la población general y muy especialmente en el agua que entra a las unidades de diálisis”.
Cómo prevenir la exposición al aluminio
Recomendaciones para las autoridades sanitarias y a los encargados de controlar la potabilización del agua.