(AUNO*).- Las quemaduras con líquidos hirvientes o de combustión en el ámbito doméstico y las secuelas de los accidentes de tránsito en la vía pública, así como las malformaciones congénitas, provocan lesiones que inciden en forma traumática en el desarrollo de los niños. Estas situaciones pueden afectar la calidad de vida de los pequeños e impedir su proceso evolutivo normal.
Sin embargo, en todos los casos, a partir de la cirugía plástica se puede restablecer la función y la forma del órgano o de la parte del cuerpo afectados, con técnicas de alta complejidad y la tecnología más avanzada de que se dispone actualmente en el mundo.
El médico principal del área de cirugía plástica del Hospital Garrahan y docente de la Universidad de Buenos Aires, Juan Carlos Rodríguez, hizo hincapié en la “falta de campañas de prevención en el orden nacional, que preserven a los niños ante las dificultades socioeconómicas y culturales que atraviesa la Argentina en la actualidad”.
Rodríguez puso énfasis en que “las causas de los accidentes son siempre las mismas”: las quemaduras provocadas por el derramamiento de ollas de comida, la precariedad de los métodos de calefacción, el uso de braseros la explosión de garrafas de gas en el hogar, el no uso de cinturones de seguridad en los automóviles y el transito indiscriminado de los niños en la vía pública.
“El descuido de las normas y reglas básicas de prevención dejan en un segundo plano los avances tecnológicos” destacó Rodríguez, quien señaló que “una vez ocurrido el accidente tratamos de ver que es lo mejor que le podemos ofrecer al paciente”.
En el hospital Garrahan, que tiene un sistema de autogestión que les cobra a los pacientes con obra social y recibe fondos de la Municipalidad de Buenos Aires y de Presidencia de la Nación, además del importante apoyo de la Fundación Garrahan, se realizan 900 cirugías plásticas por año, desde las más complejas a las más simples. En esta institución funciona un equipo que desde hace 15 años desarrolla distintos sectores de la Cirugía Plástica: un polo de Reconstrucción con técnicas micro quirúrgicas y transplante de tejidos; un polo de Cirugía Cráneomaxilofacial; un polo en Quemaduras, con una unidad de terapia intensiva de primer nivel y un polo de Cirugía Reconstructiva de la Mano.
Por ejemplo, en el área de Cirugía Cráneomaxilofacial se atiende a los chicos con malformaciones congénitas que tienen graves fisuras, falta de formación de la cara, o graves deformaciones por falta de crecimiento armónico del rostro, que se tratan con la técnica de “distracción osteogénica”. Esta técnica permite el crecimiento o la reubicación en el espacio de estructuras óseas que no están en la posición correcta y posibilita al mismo tiempo la elongación de huesos y la generación biológica de células óseas.
Con respecto a este método, considerado “novedoso”, Rodríguez destacó en declaraciones a la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión (AUNO) que “a su alrededor se desarrolló una nueva industria tendiente a mejorar las posibilidades de la distracción en sectores de más difícil acceso y para aumentar el confort del paciente”.
En el área de Cirugía Plástica del Garrahan, que es una institución de “referencia nacional y de los países limítrofes, exceptuando Chile, la prioridad la tienen los pacientes que no pueden ser operados en otros centros por falta de tecnología o recursos humanos, y los que deben ser operados a la brevedad porque padecen patologías de tipo tumoral que no están en condiciones de diferirse en el tiempo”, afirmó Rodríguez.
AUNO 30-09-03 mar grb
Cirugía plástica infantil: la tecnología más avanzada convive con la falta de campañas de prevención de accidentes
Las causas más frecuentes de muerte en los niños son los traumatismos causados por accidentes domésticos y de tránsito. Estas situaciones, en caso de no ser mortales, suelen provocar secuelas físicas en los pequeños, que pueden ser superadas a partir de la cirugía plástica y reconstructiva. Sobre este tema, en el país conviven los contrastes de la ausencia de campañas de prevención acordes a la realidad socioeconómica y cultural , con los avances tecnológicos y la capacidad científica de los profesionales en cirugía plástica y reconstructiva que «están en el primer rango en el ámbito mundial».
Por Guillermo Rodríguez Bustamante