Lomas de Zamora, diciembre 22 (AUNO).- Con su propuesta de un juego vertical, vertiginoso, ofensivo pero también a su vez de posesión, el director técnico Matías Almeyda colocó a su Banfield como blanco de una gran cantidad de elogios, más allá de que los 20 puntos obtenidos en el Torneo de Primera División no hayan dejado conforme al ‘Pelado’.
El fluido funcionamiento exhibido en la temporada del ascenso fue un vaticinio del vistoso estilo, ambicioso y desestructurado, que Almeyda buscó implementar en el ‘Taladro’, a través del que generó, en promedio, más de 13 ocasiones de gol por encuentro, muchas más que cualquier otro equipo de la élite del fútbol argentino.
En una charla exclusiva con la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión, el entrenador analizó su presente y futuro al frente del conjunto del Sur del Gran Buenos Aires.
-¿Cómo surgió tu vocación por este estilo de juego ofensivo que intentás implementar en Banfield?
-Es un sentimiento de vida, y de vida futbolística. Si bien yo fui un volante defensivo, era un volante para equipos ofensivos, porque mi pressing estaba arriba. Creo que me acostumbré a ese estilo de juego y ahora que soy entrenador trato de aportar esta propuesta, sabiendo que a los jugadores generalmente les gusta jugar con muchos delanteros. Pero para jugar ofensivamente es necesario jugar y entrenar un montón en la fase defensiva.
-Mucho se compara el estilo de este Banfield con grandes equipos que marcaron una época, como el Ajax de Van Gaal o el Barcelona de Guardiola. ¿Pensás que es una comparación válida?
-Creo que no hay que hacer ese tipo de comparaciones porque estamos lejísimos de la realidad de esos equipos. Tenemos un estilo propio: tenemos laterales que van al ataque, tenemos un doble cinco compuesto por un jugador con mucho sacrificio y por otro con mucha técnica, y jugamos con un enganche. Muy pocos equipos en el fútbol actual juegan con un enganche y tres delanteros. Somos los únicos. También creo que los jugadores son grandes intérpretes de esta manera de jugar y de entrenar que tenemos.
-¿Pensás que a la hora de delinear un equipo los jugadores se tienen que adaptar al esquema predilecto del entrenador, o creés que el esquema del DT se forma en función del tipo de jugadores de los que disponga?
-Es una mezcla de cosas, porque si el estilo en el que uno cree e intenta inculcar se practica y aparecen signos de que los jugadores lo entienden, es decir que uno va por buen camino. Después hay un millón de cosas que uno quizás implementa, pero si ve que no hay respuestas, uno está obligado a cambiar para lo mejor del equipo. Pero pensando no sólo en este equipo de primera, sino en lo que puede quedar en Banfield. Este sistema va a dejar cosas importantes en el club.
-¿Hasta que punto se puede sostener una idea de juego sin obtener resultados?
-Pienso que hasta lo que uno crea. Uno entrena y escucha un millón de cosas, pero la mente es la que decide y cuando la mente decide que algo no va más, hay que cambiarlo. Mientras tenga credibilidad con respecto a lo que entreno y a lo que le puedo transmitir a los jugadores, sigo creyendo que el camino es acertado. Después hay una cosa muy real: cambiar un estilo porque los resultados no se dan o para dejar contento a alguien o algún comentario es mostrar signos de debilidad. Es no ser creíble, porque muchos hacen comentarios sin ver el entrenamiento, y yo que los veo creo en lo que hago. Los jugadores están convencidos de lo que hacen. Y para cambiar un sistema hay que cambiar el entrenamiento. Y hoy no se podría, porque los entrenamientos se definen a partir de una pretemporada. Es decir, se puede cambiar, yo no me encierro en si son 4, 3, 1 ó 2, pero hay un sistema de juego que subyace y que nos identifica a nosotros. Cuando tenemos la pelota jugamos, con mucho movimiento y saliendo desde abajo, y hay otro juego que es el defensivo, tratamos de morder cuanto más se pueda. Pero después el fútbol está inventado, no es que vayamos a inventar nada nosotros.
-En este último torneo varios equipos fueron muy ambiciosos y ofensivos. ¿A qué creés que se debió este fenómeno?
-El fútbol mundial ha cambiado. Los equipos en el mundo juegan a otra cosa. Yo creo que es un adelanto para el fútbol argentino todo esto, y los comentarios deberían seguir motivando a que nosotros podamos seguir trabajando de esta manera. Pero así como cambian los entrenadores, como cambian los jugadores, nos vamos renovando, hay críticas que vienen desde hace 50 años, entonces es muy difícil cambiarlo. Por ahí los más jóvenes van a tener otra visión del fútbol y de cómo analizarlo.
-¿Cuáles fueron los equipos que más te gustaron?
-Hay muchos equipos que me gustan como juegan. River, Defensa y Justicia, Independiente, Racing, Godoy Cruz, la propuesta de Quilmes, la ofensiva con otros esquemas de Olimpo, Newell’s, que para mí marcó mucho este camino que está tomando el fútbol. Hay muchos equipos que me gustan, pero no me encierro en uno y respeto todas las propuestas de sus entrenadores. Lanús también juega bien. Hay muchísimos equipos que están exhibiendo buen fútbol y que le están haciendo muy bien al fútbol argentino.
-Más de una vez dijiste que los entrenadores de los equipos del fútbol argentino tienen que trabajar en función de la Selección. Ante el nuevo ciclo de Martino, ¿cómo pensás que los equipos tienen que cohesionarse?
-Tiene que haber una conexión natural de un estilo y de un gusto. Nosotros tenemos la posibilidad porque jugamos con laterales que pasan al ataque, y sabemos que a Martino le gustan los laterales que se proyectan. Nosotros jugamos con tres atacantes y sabemos que Martino también juega con tres atacantes. Dentro del gusto nuestro, es tratar de inculcarles a los jugadores que deseen ir a la Selección. ¿Cómo pueden hacerlo? Mostrándose como en el triunfo ante Newell’s, a sabiendas de que en la cancha estaba el director técnico de la Selección.
-La Federación Alemana de Fútbol en los últimos años instó a los equipos a seguir cierta línea de juego, determinadas estructuras, y a mantener a los jugadores jóvenes para fortalecer la formación del equipo nacional. ¿Se puede hacer algo similar desde la AFA?
-Ojalá. Creo que es algo que se debería hacer. Un jugador no se debería poder ir antes de los 22 años de su equipo en Argentina. Porque los clubes invierten demasiado en ellos como para que después a los seis meses se vayan al exterior. Pero después de eso viene una larga historia atrás. Cada jugador tiene su representante, su beneficio económico, y se piensa poco en la formación del jugador y del equipo que lo forma. Sin embargo, a veces, los clubes necesitan el dinero por las ventas. Es medio complicado el tema. Ojalá se pueda cambiar, pero en Alemania dijeron “basta” y empezaron de nuevo con un proyecto serio, y así están hoy, son potencia y ganaron el Mundial.
-La inestabilidad de las decisiones en AFA, ¿dificulta el trabajo de los directores técnicos?
-Yo soy uno de los pocos que no protesta. Nunca protesto. Me dicen “jugá a las 6”, juego a las 6; “jugá a las 2”, juego a las 2; “jugá a las 9 de la mañana”, juego a las 9 de la mañana. Nosotros, jugadores y cuerpo técnico, queremos jugar. Lamentablemente no podemos programar nada porque siempre hay inseguridad de cambios. Tenemos que ir viendo el día a día. Ojalá que cada cambio que hagan en el fútbol argentino sea para beneficio y no para complicarlo o perjudicarlo.
-Jugaste muchos años en la liga italiana y en grandes equipos, como Inter, Lazio y Parma. En la última década se vio un declive pronunciado en el nivel de la competencia y de los planteles, y se nota en los rendimientos en las copas europeas. ¿A qué le atribuís esta debacle?
-Italia económicamente cambió y creo que eso hace que no se contrate a los mejores jugadores. Sin embargo creo que siempre fue y es La Meca del fútbol. Se puede salir campeón en España, en Inglaterra o en Alemania, pero el mejor fútbol siempre estuvo en Italia. Los mejores del mundo jugaron ahí, y volverá a ocurrir cuando económicamente estos clubes levanten y vuelvan a ser como habitualmente fueron. También hay una cuestión de gusto, porque en su momento yo quería jugar en la liga italiana, y hoy quizás hay jugadores que prefieren ir a otros países como Rusia, pero por una cuestión económica y no deportiva. En Rusia después se estancan porque nadie los ve. Hay un montón de argumentos por los cuales ha cambiado el fútbol.
-Más allá de tu presente en Banfield, ¿cuáles son tus metas como entrenador?
-Tengo ambiciones de poder hacer una carrera similar a la que hice como jugador. En mi carrera como futbolista tuve la oportunidad de jugar en lindos clubes en Europa, de ganar títulos y de jugar en la Selección. Mi idea es dirigir algún club del exterior, o dirigir una selección, aunque la cabeza la tengo puesta hoy totalmente en el mundo de Banfield.
-¿Con qué jugador actualmente te ves reflejado?
Con ninguno, hay pibes que juegan mucho mejor que yo. Yo fui un laburante de mi profesión y un luchador. Eso me llevó a destacarme en un fútbol como el italiano, donde al principio no era muy conocido, pero después tuve la chance de lograr varias cosas importantes. Me alegro por todos los pibes que juegan. Pero la verdad no me detengo a ver si hay algún jugador similar. Yo ya no juego más.
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