(AUNO*) En todas las casas, habitualmente se desechan pilas de todos los tamaños que quedan sin carga tras su tiempo de uso. Qué hacer con esos elementos que ya no sirven fue el eje de un trabajo realizado en el marco del proyecto educativo “Mega-Pilas 2000”. El profesor en Ciencias Químicas Alberto D`Andrea, consultado por la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión de Lomas de Zamora (AUNO), explicó que “las pilas comunes y alcalinas, de marcas reconocidas, son las menos contaminantes” y evaluó que “el mal menor es arrojarlas a la basura”. Sin embargo, advirtió que “no hay que arrojar todas juntas” y mucho menos tirarlas al inodoro o al río, a la calle o quemarlas.
La peligrosidad de estos elementos quedó demostrada a partir de estudios de laboratorio realizados en la Aduana a pilas procedentes de países asiáticos detectaron hasta un 30 por ciento de mercurio en su composición, muy por encima de lo permitido, por lo que no podrían disponerse en rellenos sanitarios por su alta toxicidad. Estas pilas son las que se venden en la calle, en subtes, colectivos y trenes a muy bajo precio y que buscan confundir a los consumidores con envoltorios de colores y diseños similares a los de las marcas líderes del mercado.
Además, las pilas recargables de níquel-cadmio, que son las utilizadas en gran proporción en artículos eléctricos de uso doméstico, constituyen un riesgo por la toxicidad del cadmio.
En los países industrializados estas pilas se separan de la basura común y se reciclan para separar el cadmio a través de procesos que son en general costosos. En Argentina existe una empresa en la provincia de Santa Fé (IDM), que posee la tecnología para procesar estas pilas y algunas compañías telefónicas reciclan allí las baterías de celulares.
Mega-Pilas 2000 fue uno de los proyectos educativos ganadoras de un concurso efectuado por la Fundación YPF en 1999, y tenía como objetivo estudiar los hábitos de consumo, formas de disposición, impacto ambiental y formas de separación y reciclado de pilas domésticas en Capital Federal y el conurbano bonaerense.
Esta iniciativa de carácter exclusivamente educacional, fue realizada por alumnos de escuelas secundarias e intentó dar una respuesta integral a este problema ambiental.
Para ello fueron analizados los hábitos de los consumidores de pilas, el impacto ambiental que producen los metales contenidos en estos productos, se establecieron criterios para su recolección o su disposición final y se desarrollaron métodos potencialmente adecuados para el reciclado de ciertos tipos de pilas.
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