A días de la sentencia sobre el caso del colectivero asesinado en Monte Chingolo

El miércoles comenzó el juicio contra Alejandro Bordón, el único imputado en el crimen del chofer de la línea 524 de Lanús, ocurrido en 2010. Los testigos no lo reconocieron y sus familiares sostienen que «la causa fue armada». La semana próxima se dictará el fallo.

Lomas de Zamora, mayo 21 (AUNO).- A más de un año y medio del asesinato del chofer de la línea 524 de Monte Chingolo, Juan Alberto Núñez, empezó el juicio contra el único imputado en el caso, Alejandro Bordón, quien no fue reconocido por los testigos ni por el policía que lo arrestó. Sus familiares denuncian que “la causa fue armada” y por ese motivo están convencidos que la semana próxima, cuando finalice el proceso en primera instancia, el acusado saldrá en libertad.

“No hay más argumentos para sostener esta mentira”, aseveró Marcelo Prolla, el compadre del acusado, quien contó a AUNO que durante el juicio habría quedado demostrado que “nadie vio la cara del asesino del colectivero porque los testigos sólo pudieron distinguir que la persona que lo mató vestía un buzo color blanco”.

Según el hombre, “el hecho sucedió en una época en la que hubo una ola de asesinatos y ataques a colectiveros de la zona y a alguien tenían que acusar”. Y el policía, “en vez de agarrar al verdadero asesino, arrestó al equivocado”, afirmó.

En la madrugada del 5 de octubre de 2010, Núñez iba camino a la terminal de la línea en la que trabajaba en el partido de Lanús, cuando recibió un disparo en su pecho que terminó con su vida. Los testigos aseguraron que el asesino vestía un buzo blanco, pero que no pudieron ver su rostro. Bordón fue detenido a pocos metros de la escena de crimen. Tenía un buzo blanco. En los alrededores encontraron un arma, pero según los peritajes, no tenían las huellas digitales del acusado.

Prolla aseguró que su familiar estaba en ese lugar porque aguardaba a que llegue el colectivo que lo llevaba al Aeroparque Jorge Newbery, su lugar de trabajo.

La ronda de reconocimiento se realizó hace tres semanas y durante ella ninguno de los testigos pudo asegurar que fue Bordón a quien vieron escapar luego del asesinato.

“Hasta ahora, las dos audiencias que se hicieron fueron positivas porque hubo contradicciones de las personas que atestiguaron y había muchas imprecisiones.”, contó Prolla.

Una de las pruebas que la parte acusadora presentó fue la agenda del celular de Bordón, en donde había contactos en común con los del chofer asesinado. Sin embargo, la defensa explicó que un chip de celular se puede manipular fácilmente y quienes armaron la causa tuvieron tiempo para modificar los números guardados en el teléfono, mientras el imputado se encontraba detenido.

“No querían que pase como un hecho de inseguridad, y por eso armaron un crimen pasional”, aseguró su amigo.

A su vez, explicó que circularon diferentes versiones: “Una fue que el chofer andaba con una mujer quien tenía a su marido preso y desde la cárcel lo mando a matar. Otra es que la mujer de Alejandro, supuestamente tenía una relación con el chofer, pero todo se desmoronó muy rápidamente porque nadie pudo comprobar eso”.

Prolla sostiene que las únicas pruebas que quedaban eran los testigos, pero que hoy por hoy ya no son un indicio para tomar en cuenta porque “Alejandro figura como no reconocido”.

El juicio inició el miércoles pasado con manifestantes que expresaron su apoyo a Bordón y permanecieron en las afueras de los Tribunales de Lomas de Zamora durante unas tres horas. Se estima que el jueves se presenten los alegatos y que el fallo se dicte la semana próxima. Mientras tanto, el acusado aguarda la resolución del juicio en el penal 40 de Lomas de Zamora, luego de haber estado siete meses en Sierra Chica.

MBE-AFD
AUNO-21-05-12

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