La localidad de Monte Grande del partido de Esteban Echeverría es la segunda zona más afectada por la contaminación fecal del agua de la Cuenca Matanza-Riachuelo, según un informe realizado por la organización Greenpeace en el que midió el grado de potabilidad del agua de los pozos abastecidos por la napa de esa zona.
El análisis de las muestras de canillas y bombas utilizadas por los vecinos del barrio Irocomi, de Monte Grande, determinó que el agua no cumpliría ninguno de los requisitos que establece el Código Alimentario Argentino (CAA), al igual que ocurre en la localidad de Laferrere, del partido de La Matanza, donde se registra el peor estado del agua.
En primer lugar, junto a la localidad del Jagüel que presenta 4200 Unidades Formadoras de Colonia por mililitro (UFC/ml) —es decir la cantidad de bacterias en esa cantidad de líquido— Monte Grande excede el límite de microorganismos aerobios mesófilos (flora total compuesta por bacterias, hongos filamentosos y levaduras), que según la CAA no debiera pasar los 500 UFC/ml.
El texto concluyó que de las doce muestras tomadas en la cuenca Matanza-Riachuelo, “diez resultaron ser no aptas para el consumo humano acorde a los valores permitidos por el CAA”.
Durante febrero de 2009, Greenpeace tomó 13 muestras de agua de pozos en barrios de la Cuenca Matanza-Riachuelo, que no cuentan con agua potable de red, y luego las envió al Laboratorio de Investigaciones químicas, bromatológicas y ambientales Proanálisis S.A. para que las analizaran. De esa cantidad de muestras, 12 fueron tomadas de pozos de entre 8 y 10 metros, es decir de poca profundidad.
Los índices de los partidos de Esteban Echeverría y Almirante Brown superan la cantidad total de bacterias coliformes, que son un grupo de enterobacterias que pueden sobrevivir y crecer en el agua y ser fecales o no fecales, es decir producto de las filtraciones de pozos ciegos en la zona.
Por último, tanto en el barrio “El Hornero”, de Echeverría, como en Monte Grande se detectó la presencia de escherichia coli, una de sus cepas “hallada generalmente en casos de consumo de agua infectada por infiltraciones cloacales o en heces de animales”, puede causar diarrea severa en humanos, entre otros síntomas, según el informe “Napas Contaminadas Cuenca Matanza-Riachuelo” de Greenpeace.
También en esta amplia zona, se detectaron pseudomonas aeruginosa que es un organismo común de medio ambiente, sensible a desinfección, por lo que su supervivencia señala una oxidación o la falta de limpieza en las conexiones, caños y tuberías.
Esta bacteria, que se desarrolla en ambientes cálidos y húmedos como piletas, causa generalmente infecciones de oídos o foliculitis al colonizar en tejidos dañados como heridas en la piel, en el tracto respiratorio u ojos.
Los efectos en la salud de las enfermedades transmisibles por el agua varía en severidad desde una leve gastroenteritis hasta casos graves de disentería, hepatitis, cólera, fiebre tifoidea y diarrea severa.
En un cuadro comparativo, los especialistas de la organización ecologista señala que las zonas más afectadas son las de mayor urbanización: las muestras de Tristán Suárez, por ejemplo, presentan valores acordes a la reglamentación, mientras que a medida que se acercan a los centros de mayor población del Conurbano sur, como Monte Grande, las cifras negativas se desbordan.
La organización denunció que la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), cuya titularidad es ejercida por el secretario de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Homero Bibiloni, realiza “perforaciones especiales” para el monitoreo de aguas subterráneas.
Con estos análisis, siembre según Greempeace, “no se puede evaluar la contaminación fecal en las mismas” ya que no tomaría en cuenta factores como la oxidación y suciedad de tuberías y la infiltración de líquidos de “pozos negros” o ciegos.
Por ello, los activistas de la organización fueron hoy la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable donde simularon una entrega de botellas de “Aguas del Riachuelo”. O como explicó su director de Campañas, Juan Carlos Villalonga, “son muestras de agua de consumo cuyos análisis microbiológicos indican que no es agua para el consumo humano”.
FICHA TÉCNICA
La cuenca Matanza-Riachuelo que nace en el partido de Cañuelas y desemboca en Avellaneda atraviesa 14 municipios de la provincia de Buenos Aires que presentan graves problemas ambientales como la contaminación del suelo y, por consecuencia, de sus napas, causada por basurales a cielo abierto, un foco infeccioso producido por un curso de agua contaminada y una deficiente o inexistente infraestructura sanitaria.
De acuerdo con el informe “Napas contaminadas Cuenca Matanza-Riachuelo”, de la organización Greenpeace, en la zona por la que atraviesa la cuenca hay 5 millones de habitantes, de los cuales más del 55 por ciento no posee cloacas y más del 35 por ciento carece de agua potable; es decir que 1.750.000 no tiene ese recurso.
Precisamente, en el partido bonaerense de Almirante Brown, de 133.779 habitantes el 53 por ciento no cuenta con agua corriente y el 81 no tiene conexión cloacal.
Por la falta de infraestructura sanitaria, la población obtiene agua por medio de perforaciones de pozos que con el tiempo provocan filtraciones y mezclas con los desechos cloacales.
El agua subterránea que se extrae para el consumo proviene de las napas freáticas en el acuífero Pampeano (que corre hasta 9 o 12 metros de la superficie, pero que en los últimos años la elevación de esta capa llega a los 0 metros, es decir al ras de la tierra) y a más profundidad del acuífero Puelche (entre 12 a 18 y 21 a 25 metros de profundidad), que está en equilibrio con la presión atmosférica y se alimenta del agua de lluvia que se infiltra.
RM-EF-AFD
AUNO-20-05-09
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