Lo que a primera vista parece un don sin “contraindicaciones”, puede convertirse en un problema social y requerir de asistencia y contención. Con esa premisa trabaja Creaidea, una organización de la sociedad civil que madura cada día en la tarea de propiciar un espacio cálido para chicos con altas capacidades y sus familias, de modo de que formen vínculos entre pares y fortalezcan la autoestima.
Su fundador, Héctor Roldán, contó a AUNO- Tercer Sector que la institución nació en 2002, con la iniciativa de un grupo de personas con altas capacidades. Habló sobre la dinámica de dos “ludotecas” para las diversas edades de los chicos, el rol de los especialistas y las inquietudes de las familias que consultan a Creaidea. “Los padres aconsejan a otros padres. El aporte central no tiene que ver con lo profesional sino con la experiencia”, explicó.
– ¿Cómo nació la iniciativa?
Principalmente por las cifras que se manejan actualmente. Uno de cada tres chicos nace con el coeficiente intelectual más alto que la media. Frente a estos datos se decidió abrir esta institución, que apunta al intercambio de experiencias entre los chicos y los padres y a dar lugar a los chicos a que propongan actividades y temas para charlar. Se deja mucho espacio a que ellos hagan sus propios aportes.
¿Cómo son esos aportes y cuál es la dinámica de trabajo?
Existen dos ludotecas, según las edades. En la de los más grandes, que tienen arriba de 9 años, las actividades son completamente decididas por los chicos. Ellos eligen qué quieren aprender y conocer. Nosotros tratamos de ayudarlos a que tengan información y generen debate. En los chiquitos, de entre 4 y 9 años, aproximadamente, hay una propuesta, aunque ellos luego eligen, y se trata de desarrollar las expresiones artísticas. Por ejemplo, un día aprendieron sobre “los códigos” y se animaron a inventar sus propios códigos para reemplazar las letras. Igualmente, ellos eligen si quieren estar en una u otra ludoteca o en las dos a la vez. Son totalmente libres. Tampoco se los obliga a irse al cumplir cierta edad. De hecho, se trata de que, en unos años, comanden la institución los que fueron, en su momento, los chicos, para retroalimentar y potenciar los logros.
¿Cuáles son los temas de interés de estos chicos y cuáles son sus características?
Generalmente, son temas avanzados para la edad que tienen, esa es la característica. Por ejemplo, se preocupan por el tema de la justicia, la inseguridad y la muerte. Son temas que forman parte del sentido común pero lo llamativo es que son avanzados para su edad. Estos chicos son muy maduros en lo cognitivo pero inmaduros en lo emocional y ahí se presenta el problema. Tienen grandes capacidades para enfrentar desafíos interesantes pero necesitan tener la autoestima alta para poder hacerlo y sobre eso trabajamos en Creaidea. De esa forma, comienzan a valorar de sí mismos otras capacidades que no sean netamente intelectuales.
¿Cuál es, entonces, la propuesta final de Creaidea?
El objetivo es formar otro grupo de pertenencia, otra referencia, creando vivencias para que los chicos se relacionen con sus pares y para que los padres, también, sirvan de consejeros a otros padres. Cuando en todos lados te tratan de bicho raro, empezás a convencerte de que es así. En cambio, cuando estás con gente de tus mismas características e inquietudes, notás que no sos tan raro como te hacían creer y que podés relacionarte con otros, podés aprender de la diversidad.
¿Se hace un seguimiento del chico para evaluar cómo evoluciona? ¿Cuál es el rol de los profesionales?
Nosotros no hacemos un seguimiento del chico, ni lo consideramos como alguien que tiene una patología frente a lo que hay que hacer un estudio. Nosotros somos una gran familia, con hermanos más chicos y otros más grandes, y todo se resuelve en el seno de esa familia, tanto para los padres como para los propios niños. El profesional sólo interviene si hay alguna problemática específica o inquietud de algún padre.
¿Qué es lo que más les preocupa a los padres que se acercan a la institución y cómo se trabaja con ellos?
Ellos recurren, generalmente, por el problema de ansiedad que los invade, conflictos en el seno de sus familias y el rechazo que sufren sus hijos en la sociedad, y sobre todo, en las escuelas, pero en cada familia y en cada chico es distinto. No hay recetas de soluciones ni existen siempre los mismos problemas. El objetivo es desmitificar y naturalizar las situaciones. Lo que se hace es un trabajo presencial de un año y, en ese período, los padres resuelven sus dudas y angustias más importantes en la reflexión y el diálogo con otros padres. Después, se van independizando de a poco, aunque nunca pierden el contacto. Creaidea siempre tiene sus puertas abiertas para chicos y grandes.
¿Cuáles son los mitos más comunes que tiene la sociedad respecto de las altas capacidades?
El problema es que no hay una conciencia en la sociedad de que este es un tema del que hay que ocuparse. Todo lo contrario, se piensa que la gente con altas capacidades y sus familias no tienen necesidad de ayuda ni de colaboración de ningún tipo, porque esos chicos son “privilegiados”. Desde Creaidea reconocemos que hay dificultades y trabajamos sobre ello.
Creaidea está preparada para recibir chicos a partir de los cuatro años. Se compone de 20 integrantes, aproximadamente, entre comisión directiva, profesionales y voluntarios, y se solventa a través de una cooperadora que funciona con los aportes de los padres. La institución les pide una determinada cuota para la compra de materiales y gastos en general, que pueden pagarla con flexibilidad durante el año, según sus posibilidades económicas.
Cómo contactarse:
Creaidea
www.creaidea.com.ar
info@creaidea.com.ar
