La sexualidad tiene un lugar en las aulas

La Escuela Nº50, de Glew, ofrece a sus alumnos distintas actividades para afianzar sus conocimientos de educación sexual. Los chicos pueden asistir a charlas y talleres, realizar consultas médicas, recibir anticonceptivos y tratar cada problemática con el especialista indicado.

Mariana Garay

Lomas de Zamora, diciembre 17 (AUNO).- Los jueves las chicas van al ginecólogo sin turno. Los chicos pueden hacer consultas y buscar anticonceptivos en la salita del barrio. Porque en la secundaria básica Nº50, de Glew, los jueves es el Día del Adolescente, por iniciativa de su directora, Mónica Cassaus, a partir de la Ley Nacional Nº 26.150, de Educación Sexual Integral (ESI).

Entre la escuela primaria Nº62 y la secundaria Nº50 está el Centro de Salud Glew II Dra. Claudia Molina de Giustozzi, que desentona con las paredes celestes y blancas de la escuela por su verde inglés: genera un poco de distancia.

Distancia que se acortó cuando a principio de año todos los alumnos, por curso, tuvieron una charla de educación sexual básica a cargo de los profesionales que trabajan en la “salita”. A la semana siguiente, en un segundo encuentro, los llevaron a conocer el lugar para empezar a familiarizarse. Una vez que terminó el ciclo de las primeras charlas, comenzaron una nueva ronda de encuentros para tratar distintas temáticas, de manera más amplia y profunda, como el respeto por el prójimo, el cuidado del otro y la diversidad sexual.

“Mientras los profesionales hacían las charlas, yo observaba a los chicos. No entendían nada”, admitió, entre risas, la directora. “El vocabulario específico que implementaban no es el que usan los chicos, por eso yo trataba de bajar los conceptos.” Aunque desde la ESI es necesario que los alumnos incorporen el vocabulario pertinente y lo utilicen en su vida cotidiana.

En el Día del Adolescente, cada jueves entre las 9.30 y las 16, los 306 alumnos pueden asistir al centro de salud, sin turno y sin acompañamiento de un adulto. En primera instancia los recibe una trabajadora social que deriva, según el caso, a una ginecóloga, a una psicóloga o a un médico clínico. Se les realiza la admisión, se les confecciona una ficha de salud y a partir de ahí se comienza con un seguimiento personalizado. La salita provee a los alumnos de anticonceptivos, pastillas del “día después”, test de embarazo o algún turno médico.

En paralelo, se realiza un taller para mamás primerizas adolescentes, “El cuidado de tu bebé”, en el que las chicas se acercan a aprender todo lo necesario para que su hijo crezca sano y para que ellas se sientan contenidas.

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La Ley N° 26.150, sancionada en 2006, promueve saberes y habilidades para la toma de decisiones concientes y críticas en relación con el cuidado del propio cuerpo, las relaciones interpersonales, el ejercicio de la sexualidad y los derechos de los niños y jóvenes. Entiende como Educación Sexual Integral a la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos. Por eso, es necesario que los profesores de todas las áreas se comprometan con el proyecto que cada escuela, tanto pública como privada, emplee (_ver recuadro_).

“A veces hacemos agua. El poco acompañamiento familiar es notable. Delegan el tema de la sexualidad a la escuela y ante la más mínima situación nosotros tenemos la culpa”, manifestó Cassaus.

Sofía, de segundo año, le escribió una carta de amor a Macarena, de tercero. La preceptora se enteró cuando Macarena se la mostró a sus compañeras. Inmediatamente, la directora la llamó para decirle que, si no sentía lo mismo que Sofía, le respondiera la carta explicándole sus sentimientos o le hablara de frente, para no lastimarla. Optó por la segunda opción y todo quedó aclarado.

A la semana siguiente, la mamá de Macarena se presentó en dirección “muy enojada” porque la escuela nunca se comunicó con la familia para que le notificaran lo sucedido. La directora le trató de explicar, de todas las maneras posibles, que se resolvió sin mayores complicaciones, pero la madre, no contenta con la respuesta, siguió manifestando su disconformidad. Mónica enseguida le imprimió la ley N°26.150, enviada por el Ministerio de Educación, en la que remarcó uno de los artículos: “(…) propicia el abordaje pedagógico de la sexualidad y legitima el rol de los docentes en esta tarea”. La mamá de Macarena no pudo refutar.

La directora alertó que, pese a que hacen todo el esfuerzo para que los chicos no sean padres tan temprano, “hoy lo ven como un proyecto de vida”.

“Me tocó varias veces comunicarles a varios padres que sus hijas estaban embarazadas”, contó Cassaus. “Muchos no podían entender que, con todas las medidas que se toman desde la escuela, queden embarazadas igual, pero lo tenían que digerir. Yo me sentía en obligación por las enfermedades infectocontagiosas. Siempre les daba tiempo a las chicas de decírselo ellas, pero cuando se cumplía el plazo y no lo hacían, me tocaba a mí”.

¿Hasta dónde puede cumplirse la ley?

Al ponerse en práctica la Educación Sexual Integral hay palabras, conceptos que inevitablemente, por su significado, y por las realidades de los chicos, cambiaron. Por ejemplo, hoy no se habla de “padres”, sino de “unidades familiares”.

Pero si se cumpliera a rajatabla la ESI, los baños de la escuela, por ejemplo, tendrían que ser mixtos. Lo mismo para las clases de Educación Física y, en muchos colegios, las de Construcción de la Ciudadanía. “La realidad es que si cumpliéramos de punta a punta la ley, como debe ser, tendríamos problemas serios con los padres”, admitió la directora.

En muchos casos, y en especial en la secundaria N° 50, la infraestructura no está preparada para clases mixtas de Educación Física, por ejemplo, por la falta espacio. Esta realidad se asemeja a la de muchas instituciones de la zona.

“También hay profesores que no están de acuerdo con la ESI, no la ponen en práctica y evitan el tema de la sexualidad en sus clases, también están los que además permiten la discriminación negativa entre los alumnos por sus elecciones sexuales”, expresó Cassaus.

En la secundaria N° 50 de Glew, los 56 docentes, más allá de ideologías y de no ser los elegidos por la directora para realizar las jornadas ESI, deben priorizar el respeto hacia sí mismos, hacia los pares y hacia los alumnos; fomentar el diálogo y la buena convivencia dentro y fuera del aula. La directora se encarga de que esto se cumpla.

Otra de las cuestiones que se garantizó desde la escuela es la difusión del proyecto: en cada aula hay carteles sobre el Día del Adolescente y sobre el Centro de Salud, además de folletos que pueden llevar a sus casas. Desde el Ministerio de Educación se distribuyen mensualmente lineamentos curriculares, cuadernos y láminas de educación sexual; además la revista ESI para charlar en familia y la Guía de Orientación para la Intervención en Situaciones de Conflicto y Vulneración de Derechos en el Escenario Escolar.

Pese a que ley abarca muchos aspectos y que inevitablemente el hecho de priorizar unos hace que otros pasen de largo, un sector de la comunidad educativa intenta llevarla a la práctica.

AUNO-17-12-2014
MG-MV

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