Tras una sesión maratónica de más de 20 horas, la Cámara de Diputados aprobó este viernes el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). El proyecto de ley fue aprobado a las 7.20 de la mañana por 131 votos a favor. Por otro lado, 117 legisladores votaron en contra de la iniciativa y 6 se abstuvieron.
La media sanción del proyecto fue celebrada con aplausos y gritos en el recinto por diputadas y diputados que promovieron el dictamen que autoriza el debate del proyecto de ley. En tanto, en las inmediaciones del Congreso, cientos de activistas y militantes festejar este paso a favor del aborto legal.
El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo autoriza a realizar la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14. Además, reconoce la objeción de conciencia de los profesionales que no quieran realizar esta práctica médica y establece que si una institución privada tiene todos objetores de conciencia debe derivar al paciente a otra sanatorio u hospital.
A lo largo de la maratónica reunión en el recinto, expusieron durante más de 20 horas 164 oradores a favor y en contra del proyecto. En el último tramo cerraron el debate los diputados que defienden cada uno de los dictámenes de mayoría y minoría.
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Pasadas las 9 de la mañana, las inmediaciones del Congreso de la Nación comenzó a sentir la ansiedad por el debate parlamentario que le daría la media sanción a los proyectos de legalización del aborto y del Plan de los Mil Días. Durante una jornada con más de 30 grados, con un calor sofocante, la Plaza del Congreso volvió a verse dividida entre celestes y verdes como en 2018.
Antes de dar comienzo a la votación, ambas iniciativas obtuvieron dictamen en un plenario de comisiones (Legislación General, Legislación Penal, Mujeres y Diversidad y de Acción Social y Salud Pública). Además, el oficialismo accedió a realizarle algunas modificaciones al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que envió el Poder Ejecutivo.
El reloj marcó las 11 y así el comienzo de la sesión que se extendería por más de 20 horas hasta la votación final. El presidente de la Cámara, Sergio Massa, comenzó la sesión con 105 diputados en el recinto de forma presencial y otros 45 de manera remota (para respetar los protocolos decretados por la pandemia).
“Acá no hay diputados antiderechos ni asesinos sino diputados que van a expresar ideas”, expresó Massa. Además, remarcó que “entendiendo la pasión que genera el debate, no perdamos el respeto y capacidad de escuchar a los otros”.»Si sigue clandestino, van a seguir muriendo mujeres»
Ana Carolina Gaillard destacó la iniciativa del presidente, Alberto Fernández, de enviar el proyecto “por una decisión de salud pública”. “No estamos discutiendo ‘aborto sí’ o ‘aborto no’, sino si es legal o inseguro. Si sigue clandestino, van a seguir muriendo mujeres o tener complicaciones en su vida”, remarcó.
“Hay dos clases de leyes, las que vienen a plantear nuevas prácticas y otras que vienen a regular prácticas existentes. Con la Interrupción Voluntaria del Embarazo estamos hablando de la necesidad de contar con una normativa para una práctica milenaria que está penalizada en un Estado moderno”, señaló Mónica Macha, presidenta de la comisión de Mujeres y Diversidad. Y agregó: “Cuando una persona ha tomado la decisión de interrumpir un embarazo, no la detienen ni la clandestinidad ni la ilegalidad».
Carmen Polledo, por su parte, expresó: “El aborto no es un reclamo de nuestras mujeres sino de grupos militantes que han quedado atrapados en temas del pasado y que no están en la agenda de los jóvenes”, afirmó. “Es un fenómeno de las grandes urbes. No se trata de una ‘interrupción voluntaria del embarazo’, sino de la eliminación de un ser que se está gestando en el vientre materno”, cerró.
«Démosle un instrumento a los médicos para poder decir no»
Fernando Iglesias
Fernando Iglesias aseguró que “no dio quórum ni pensaba hablar” porque, según él, la decisión de tratar el proyecto oficialista en este momento es “oportunista”, aunque dijo que votará a favor. Además, advirtió que “no es razonable” que la ley permita que se pueda abortar después de las 24 semanas de gestación (el proyecto prevé un límite de 14 para IVE y no restringe los que sean por causal violación) y pidió que se modifique el artículo 4 del proyecto para darle “un instrumento a los médicos” para “decir que no (realizarán la práctica) en casos posteriores a 24 semanas”.
La diputada Alejandra Vigo anunció que tanto ella como sus otros tres compañeros de bloque votarán en contra del proyecto de legalización. «La palabra aborto y libertad no van en la misma frase», enfatizó antes de sentar su postura.
Martín Maquieyra afirmó que el aborto “no es lo que los argentinos tienen en su agenda” y sugirió que la cantidad de muertes por esa práctica la hace menos relevante que otros temas. “La principal causa de muertes es los tumores por cáncer de mama. Y esas muertes, como todas (…) se solucionan con prevención”.
«Cada peso que gastamos en aborto es un robo»
Martín Maquieyra
“En el cáncer de mama, más del 90 por ciento se pueden prevenir. Argentina, Chile y Uruguay han bajado la mortalidad materna sin legalizar el aborto, entonces vayamos por esa vía”. “Este proyecto implica todo lo contrario que tenemos que hacer con las personas con discapacidad”, agregó haciendo otra relación que no terminó de explicar.
«Este proyecto propone visibilizar una realidad que nos duele»
Camila Crescimbeni
Camila Crescimbeni recurrió a la anécdota de su madre y padre cuando decidieron seguir con el embarazo después del cual ella nació. “¿Por qué cuento esta historia?”, se preguntó. “Porque este proyecto no propone abortar ni impulsar el aborto sino ver una realidad que existe y nos atraviesa hace décadas. Propone regularla”, aseguró.
“Mis papás fueron libres de elegir, partieron de una decisión, de información y no me educaron en la mentira ni inventaron una fecha de nacimiento, sino que fue un embarazo deseado, aunque no intencional”, sostuvo para comunicar su voto positivo.
«Ningún funcionario va a decirme lo que yo tengo que hacer hoy en esta banca. Fueron elegidos a dedo. A mi me eligió el pueblo», resaltó Vanesa Massetani. «Asumo la responsabilidad que me dieron. Quiero que sepan que van a encontrar en mi una diputada dispuesta a defender la vida de todos», indicó.
“No soy ajeno al dolor de las mujeres que en un momento de desesperación creen que el aborto es la única salida. Yo creo todo lo contrario, ese no es el camino”, manifestó Marcelo Orrego para dar a conocer su voto negativo.
Con un efusivo discurso, Dina Rezinovzky declaró: «El Estado tiene una deuda con las mujeres, pero no es el aborto. La deuda con las mujeres es acompañarlas, es que no estén en la pobreza».
«Vamos a seguir defendiendo el derecho a la vida»
Dina Rezinovzky
«El aborto no es un derecho, sino tener un empleo digno, trabajo, tener cloacas. Derecho es que la inflación no te ahogue los sueños», acotó y trató de «cínicos» a quienes apoyan el proyecto de ley en debate.»Lo que discutimos aquí es la defensa de la vida misma»
“Creo en la defensa de la vida de la persona que está por nacer con la misma convicción que defiendo la de aquellos que ya habiendo nacido sufren la discriminación, injusticia social y todos los efectos de la cultura del descarte, que junto con el dominio de las finanzas constituyen el corazón del capitalismo global actual”, resaltó Alejandro Rodríguez.
«La historia se sigue repitiendo: las mujeres se siguen muriendo por aborto clandestino. Hay mucha hipocresía, por eso hay médicos del sector público que son antiaborto pero que en el sector privado hacen abortos sin problemas», contó Hilda Aguirre durante su disertación.
“Tal vez por provenir de una familia humilde y vivir en uno de los barrios más pobres de mi provincia desde muy chica escuché hablar de aborto. Tenía 9 años cuando escuché a dos vecinas en la verdulería que hablaban del aborto que se había hecho una niña apenas más grande que yo. Contaban que el responsable de ese embarazo adolescente era un tío. Al poco tiempo, a esta víctima de abuso le festejaron sus 15 años. Hoy esa mujer tiene 65 años, nunca se casó ni tuvo hijos”, relató.
«Las mujeres siguen muriendo por abortos clandestinos, no puedo hacerme la distraída»
Hilda Aguirre
«Colocar el aborto en la clandestinidad es negar un problema de salud pública. Las mujeres que pueden lo pagarán en lugares seguros, y las pobres morirán en lugares no seguros», ratificó Graciela Ocaña.
“Una menor no puede conducir un vehículo ni beber alcohol. No puede casarse sin anuencia. Hasta los 16 años no puede votar, pero con este proyecto puede decidir per se interrumpir el embarazo sin otro motivo que su voluntad, apenas mitigado por la referencia al artículo 26 del Código Civil», cuestionó Alberto Emilio Asseff.
«Es impugnable, redondamente repugnante y perverso que se apele al aborto como método anticonceptivo. Existen alternativas efectivas que respetan el derecho a nacer que poseen los seres concebidos», agregó.
«Argentina es un país semi poblado, no puede fomentar el aborto»
Emilio Asseff
En tanto, José Luis Riccardo de la UCR apoyó el proyecto de ley y dijo a sus pares: «Estamos como diputados de la nación, no para hacer lo que a cada uno le gustaría. Somos mujeres y hombres de Estado. Un Estado que convive con la clandestinidad no es un Estado responsable».
Lidia Ascarate, del bloque UCR de Tucumán, consideró que «es tan importante la preservación de la especie como de los seres vivos del planeta» y remarcó que «el planteo ambientalista es incompatible con la exterminación de la vida».
«Se ha desplazado el bien jurídico a tutelar, ya no es la vida humana. El respeto de la defensa del débil es la garantía más elemental que separa a las democracias de las dictaduras», finalizó.
«El planteo ambientalista es incompatible con la exterminación de la vida»
Lidia Ascarate
Beatriz Luisa Ávila sentenció que el aborto «se está convirtiendo en un moderno genocidio». «No nos engañemos: el aborto no significa que vamos a encontrar una solución mágica, no significa que vamos a ser un país del primer mundo o vamos combatir la pobreza”, le advirtió a sus pares.
«El ser no es un fenómeno, es una personita absolutamente indefensa. Es distinto a la madre, al progenitor, tiene otro ADN. No es propiedad de los padres, es una vida absolutamente independiente», concluyó a modo de crítica a las declaraciones del ministro de Salud durante las comisiones.
«El aborto se está convirtiendo en un moderno genocidio»
Beatriz Luisa Ávila
Hernán Pérez Araujo se refirió al rol de los hombres en la discusión por la legalización del aborto: «Como hombres tenemos que hacernos cargos de esta situación. Estamos defendiendo un derecho que no es nuestro, de un hecho del que claramente somos responsables». «Estamos tratando de enmendar una deuda de la democracia, una deuda que este parlamento tiene con las argentinas», concluyó.
Ezequiel Fernández Langan cuestionó al oficialismo: «¿Creen que es el mejor momento para tratar un tema tan sensible como este?». Sobre el proyecto en discusión, solamente anticipó su voto negativo y rescató que «hay que eliminar las penas que pesan sobre las mujeres».
Nicolás del Caño del Frente de Izquierda indicó que «quienes se oponen al derecho al aborto no defienden la vida, defienden el aborto clandestino». En ese sentido, remarcó la necesidad de «avanzar con la separación de la Iglesia del Estado» y destacó que «este derecho se conquista por la lucha de décadas del colectivo de mujeres».
El legislador Maximiliano Ferraro consideró que no puede tener una posición que “restrinja un derecho a las mujeres, sobre todo cuando la toma de una decisión personal implica vergüenza de la clandestinidad, la ilegalidad y el castigo social”.
“Por ellas, por nuestras amigas, por nuestras compañeras, por nuestras hermanas, en nombre de la igualdad, libertad, fraternidad y sororidad, ojalá sea ley y seamos un poco mejor como sociedad, y contemos a partir de hoy con una vergüenza menos y una libertad más”, detalló.
En tanto, Gisela Marziotta destacó: “El Estado tiene que acompañar tanto a la mujer que quiere interrumpir el embarazo como a aquella que lo quiere continuar, pero no está en condiciones de afrontar esos 1000 días después, durante el desarrollo y crecimiento del niño”.
“No se escuden detrás de ‘salvar las dos vidas’, porque lo que están haciendo con su oposición es no salvar ninguna de las dos. Con esta ley se va a garantizar la vida de las mujeres, sobre todo las mujeres pobres», enfatizó.
Domingo Amaya se manifestó en contra del proyecto y aseguró: «El aborto no está en la agenda de los jóvenes, por más de que un sector muy movilizado lo promocione».
«El aborto no está en la agenda de los jóvenes»
Domingo Amaya
«No podemos legislar un tema tan importante y sublime desconociendo la voluntad del pueblo argentino, que en su gran mayoría están a favor de la vida. Defender la vida no pasa por una ideología política. Para todos aquellos que luchamos por la vida es una cuestión de principios, valores y consciencia. Consideramos que Dios nos regala la vida», concluyó.
Mara Brawer apoyó la propuesta y enfatizó su compromiso con la vida. “Nosotros defendemos la vida, la vida sin opresión, sin miedos”, expresó. “Cuando se habla tanto de defender la vida, de qué vida hablamos, qué vida se nos ofrece. ¿La vida de una mujer encerrada en una maternidad que no desea, la cárcel de la opresión, el miedo y la violencia? ¿Eso es vida digna?”, se preguntó. “Somos un gobierno que defiende la vida digna”, cerró.
Pablo Torello se pronunció en contra de la interrupción voluntaria del embarazo y aseguró que el origen del aborto «es la pobreza». Por otro lado, advirtió que si este proyecto se convierte en ley en el Senado, actuará judicialmente para «declararlo inconstitucional».
Karina Banfi se expresó a favor de la legalización del aborto. «No podemos ocultar más esto detrás de un dictamen de rechazo. Los abortos existen, las mujeres se mueren, y si no hacemos nada, seremos cómplices de violencia institucional”, remarcó.
“Hoy estamos acá para decidir si queremos mantener el aborto en la clandestinidad o incorporarlo al sistema de salud para que sea seguro y no mueran más mujeres”, finalizó.
«Los abortos existen, las mujeres se mueren, y si no hacemos nada, seremos cómplices de violencia institucional”
Karina Banfi
Paula Penacca ratificó su apoyo al proyecto en debate y remarcó que «sin aborto legal no hay justicia social». «Es hipócrita votar hoy por el status quo porque sabemos que quienes deciden interrumpir su embarazo, y tienen plata, tienen un aborto seguro. Quienes no pueden pagarlo, mueren en el intento», señaló. «El aborto legal es un grito único en la calle. Me daría mucha pena que en el Parlamento no podamos escuchar esa demanda», concluyó.
Graciela Camaño se posicionó en contra del proyecto de la IVE y destacó: «El aborto es el emergente claro de la falta de educación, las desigualdades y la violencia contra la mujer. En este debate no está la ampliación de derechos.»
La última expositora de la maratónica sesión fue Gabriela Cerruti. Al respecto reflexionó: «Estamos hoy en esos momentos virtuosos de la historia, donde se cruzan las luchas colectivas con el Estado. Vamos a correr el telón del secreto y de la clandestinidad».