Lomas de Zamora, octubre 9 (AUNO).- Cuando el arco de Banfield estuvo en problemas por la lesión del colombiano Mauricio Arboleda, el entrenador Julio Falcioni debió elegir entre Facundo Altamirano y Facundo Cambeses, dos chicos de las divisiones inferiores y sin minutos en Primera. En ese mano a mano, el elegido para defender los tres palos del “Taladro” ante River, por la segunda fecha de la Superliga, fue Altamirano, que ya lleva cinco partidos como titular y demuestra seguridad y solvencia en cada intervención.
“Traté de disfrutarlo de la mejor manera, aunque da un poco de bronca cuando se da una oportunidad con la lesión de un compañero. Pero en esta profesión, sabemos que a veces las cosas se dan así”, explica Altamirano.
De todos modos, manifestó que “fue muy lindo” debutar en Nuñez, casualmente el mismo escenario que fue marco del debut de Arboleda, entonces titular por disposición del DT Claudio Vivas a raíz de los flojos rendimientos de Hilario Navarro.
“Uno de chico siempre sueña con jugar en una cancha como el Monumental. Me puso muy contento y traté de disfrutarlo a pesar del resultado”, relató.
En aquella oportunidad, el “Millonario” presentó una formación alternativa —los titulares fueron reservados para jugar por la Copa Libertadores— y ganó 3-1. A pesar de la derrota, el juvenil que aún vive en la pensión del club, cumplió con una digna labor.
Altamirano, o “La Mole” como se lo conoce en el elenco de Peña y Arenales, es oriundo de Rojas, una ciudad ubicada a 240 kilómetros de la ciudad Buenos Aires.
Allí, a los tres años, empezó a dar sus primeros pasos en el club Argentino. Jugaba de cinco, pero después se decidió por el puesto de arquero.
“Me gustaba esa posición (de mediocampista), pero también quería estar en el arco. Una vez se necesitó que vaya al arco y quedé ahí”, recuerda el juvenil que llegó a las divisiones inferiores de Banfield a los 15.
Con apenas 21 años, Altamirano cumplió con el sueño de debutar ante River, un triunfo ante Racing de local después de nueve años y la goleada sobre Rosario Central en el Gigante de Arroyito, donde su equipo llevaba 63 años sin triunfos. Pero anticipa que va por más: consolidarse en Primera y jugar en Europa.
El arquero del “Taladro” también destacó la “seguridad y confianza” que brinda la institución a los juveniles, como así también, la solidaridad de los compañeros de jerarquía y experiencia más el cuerpo técnico comandado por Falcioni.
“Lo que rescato es que hay muy buena gente en el club, gente que te contiene y te hace sentir bien. Desde el cuerpo técnico, nos piden que estemos tranquilos y que no busquemos demostrar todo de una. Por suerte, nos dan mucha confianza y eso es bueno porque nos sacan la presión de encima”, finalizó.
AUNO 09-10-17
MC-MFV