Lomas: la salita de Santa Marta

La renovada unidad sanitaria El Faro es muy distinta a los demás centros de atención lomenses. Atiende a 2500 pacientes, aparentemente sin problemas edilicios, de insumos ni de personal, a diferencia de la mayoría de las del distrito. Sin embargo, sus autoridades desconocían las iniciativas de la cartera sanitaria bonaerense.

Puertas y ventanas nuevas, paredes y piso de cerámica blanca reluciente, ventiladores que funcionan y refrescan, y asientos cómodos y acolchonados pueden encontrarse en el interior de la lujosa unidad sanitaria El Faro, que fue reinaugurada en junio del 2007 y posee un ambiente bien distinto al de los otros centros de atención primaria de Lomas de Zamora que recorrió AUNO, donde por día se entrega un tope de 20 turnos para la misma cantidad de pacientes y la aparatología va rotando entre sala y sala. Tanta es la extrañeza, que los médicos ni sabían del plan de mejoras en la atención de las salitas que lanzó el Ministerio de Salud bonaerense.

Los doctores llamaban con frecuencia a los pacientes. La espera no era larga y tediosa como en otras unidades; hasta los diálogos eran diferentes en esa, ubicada en José Ingenieros 1659 del barrio Santa Marta. No había quejas, ni caras largas. El clima era muy ameno y los pacientes aparentaban estar satisfechos con el lugar. “El olor a nuevo puede sentirse, la verdad que este edificio es una maravilla”, comentaba una paciente al aire mientras esperaba ser atendida. “Sí, la verdad que sí. Nada que ver con las otras salas a las que fui”, respondía otra haciéndose cargo de la charla.

La unidad sanitaria El Faro es una de las salitas con mayor confort del distrito y la que menos problemas tiene: no escasean los insumos aunque “alcanzan para lo justo y necesario”, no tienen inconvenientes con el servicio de ambulancias y tampoco complicaciones con el personal médico, según informó a esta agencia la directora del establecimiento, Silvia Presta.

La mañana transcurría allí con normalidad y sin complicaciones. De las más de diez personas que en un principio esperaban para ser atendidas, sólo tres permanecían en la sala aguardando su turno. Los médicos trabajaban “con velocidad y eficiencia”, según comentaban los pacientes.

“La verdad que no nos podemos quejar. No es que no tengamos ningún problema y todo acá sea de diez, pero la verdad que con estas condiciones a pesar de las adversidades que puedan llegar a surgir hacemos todo lo posible para que la salita funcione bien”, aseguró con una sonrisa en la cara la médica clínica Presta.

Los últimos pacientes que restaban atenderse en poco menos de media hora ya estaban de regreso a sus casas. En casi media jornada, el centro de atención primaria que fue ayudado por las autoridades municipales para reestructurarse demostró que actualmente funciona y bien, a diferencia de los que no tuvieron asistencia.

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NS-AFD
AUNO-09-01-07
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