Reconocimientos para el cine independiente

El cuarto Festival de Cine del Conurbano reunió a cineastas del conurbano y de algunas provincias, y a colegios secundarios. El Mejor Documental fue para un trabajo de alumnos del ENAM, sobre desaparecidos de ese colegio.

Germán Carballo

Lomas de Zamora, octubre 7 (AUNO).- Artistas independientes y producciones de escuelas secundarias participaron de la cuarta edición del Festival de Cine del Conurbano (Ficeco) en Lomas de Zamora, que cerró luego de cuatro días en los que se proyectaron 74 filmaciones que compitieron en los rubros largometraje y cortometraje. Además, hubo presentaciones de otras provincias y también extranjeras.

A las 20.30 comenzó la premiación. Alrededor de 60 personas se dieron a la espera de las conclusiones que tomarían los jurados encargados de determinar quiénes serían los ganadores. Había tres en cada nómina y los integraban docentes universitarios, licenciados en artes visuales y directores de radio y televisión.

Previamente, en la función de cierre de las proyecciones se pudo ver una producción traída de Corrientes que no contaba en la competencia y se llamaba “Buscando al comandante Andresito”. Este documental, conducido por el cantautor Víctor Heredia y dirigido por Camilo Gómez, trata la historia de un comandante originario guaraní llamado Andresito Guacurarí y Artigas, quien luchó para los ejércitos de Gervasio Artigas contra el Imperio de Portugal.

Más tarde llegó la presentación formal de los premios a cargo del director del festival, Julio Rivero. La primera entrega fue para los largometrajes. A diferencia de los cortos, estas producciones suelen tener una duración superior a los 30 o 40 minutos. Por otra parte, las premiaciones se dirigían a las mejores producciones de ficción y documental, aunque también se otorgaron distinciones al mejor guión y al mejor director.

En cuanto a la ficción, la película elegida fue “Diagnóstico esperanza”, dirigida por Cesar González. Realiza un abordaje sobre la actualidad existencial del ser humano con temáticas como la violencia, la marginalidad y la ambición. Por el lado de la producción documental, el jurado le otorgó el premio a “Boxing Club”. Víctor Cruz, quien dirigió este documental, habló con esta agencia sobre su trabajo, realizado en un gimnasio del barrio porteño de Constitución, y aseguró que su intención fue “destacar el ‘lado B’ del boxeo”.

En este sentido, contó que siempre se hacían películas “retratando a los grandes campeones o a aquellos que llegaban al primer nivel”. Por eso, su objetivo fue mostrar “al laburante del boxeo” y destacar a este deporte como un “marco de contención” que otorga “reglas de conducta” a quienes van a entrenar.

Luego de los largometrajes, fue el turno de los cortos. En esta nómina participaron 25 films y en primer lugar se eligió como mejor ficción a “Curupayty”, de Hugo Heberto Sosa Odriozola. “El oficio de la memoria”, una investigación sobre el asesinato de Kosteki-Santillan a manos de la Policía Bonaerense en 2002, se destacó como mejor corto documental.

En última instancia, se premiaron las producciones escolares. Fue la primera vez que participaron las escuelas en el festival y compitieron ocho cortometrajes. El premio a la mejor ficción le llegó a una producción de la Escuela de Educación Media 6 del barrio porteño de Villa Lugano: “Por negrito villero”, se llama y cuenta una historia real sobre el asesinato de un chico de ese lugar cometido por la Policia Federal en 2009.

En cuanto a la elaboración documental, la ganadora del premio fue “En busca de la división perdida”, una producción de alumnos de la Escuela Nacional Antonio Mentruyt de Banfield, que busca reconstruir la historia de los 31 alumnos y ex alumnos de esa institución desaparecidos durante la última dictadura cívico militar.

Cada ganador, al escuchar su nombre en boca de uno de los tres jurados que oficiaba de vocero, se levantó y acercó hasta el escenario para exponer una devolución y recibir su premio. Sobre una mesa ubicada a un costado del escenario, estaban las estatuillas: una especie de filmadora antigua representada en metal y sobre una base de madera.

Una vez entregados todos los premios, Rivero explicó a AUNO que las filmaciones que se proyectaron durante el festival primero habían superado “una etapa de preselección entre 500 producciones presentadas, de las cuales quedaron 74”.

Además, el Ficeco “comenzó hace cuatro años como un ciclo de cine”, y desde entonces su objetivo fue “brindar un espacio para la difusión y promoción de producciones con identidad propia y que se encontraban fuera del circuito formal de la cinematografía”, aseguró.

En esta oportunidad, el festival se realizó en el Centro Cultural Padre Mugica, en Banfield, donde hubo tres salas para reproducir las películas. El Cine Wilde de Avellaneda, espacio recuperado por vecinos de esa localidad, también funcionó como cuarta sala de proyección.

El certamen de cine del conurbano culminó su festejo para dar inicio a lo que, según contó Rivero, es la otra etapa del Ficeco: “El festejo itinerante que hacemos entre festival y festival”. Durante el resto del año hasta septiembre de 2014 “llevaremos las películas ganadoras de este año y de otras ediciones a las escuelas, las instituciones y los barrios”.

GC-AFD
AUNO-07-10-13

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