Una escuela solidaria con su barrio

Alumnos de una escuela técnica del partido bonaerense de Florencio Varela fueron premiados por fabricar en su taller muletas y bastones para los más necesitados. También ayudan a las instituciones locales con la instalación de la red eléctrica y su mantenimiento y arreglan los juegos de las plazas que están rotos.

Por Esteban Vera

(AUNO-Tercer Sector*) Nada parece indicar, a simple vista, que en una fábrica abandonada de Florencio Varela funcione una escuela. Sin embargo, allí, una escuela técnica fue premiada porque en el taller de carpintería fabrican bastones anatómicos y muletas ortopédicas que entregan a los hospitales y geriátricos de la zona para las personas con discapacidades que no tienen recursos.
La Escuela de Educación Técnica Nº 4 Jorge Sábato es una de las cinco premiadas por su trabajo social en el concurso ‘Microemprendimientos Educativos Solidarios’ con 5 mil pesos y capacitación en gestión empresaria a cargo de profesionales de una firma internacional que brinda formación a través del Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (Clayss).
“Con el premio vamos a comprar materiales para que los chicos puedan continuar con los proyectos. También vamos a comprar herramientas y máquinas ya que necesitamos equiparnos para tener por lo menos los elementos indispensables”, adelantó el director Julio Giorgetta.
Hugo Rodríguez tiene 15 años y cursa el primer año del polimodal. Participó en la confección de los bastones y muletas y cuenta a AUNO su experiencia: “Trabajaba en el horario de taller y venía después de clases, por gusto, por solidaridad, a la escuela a hacer los bastones y muletas. Somos seis, a veces siete, los que trabajamos en el taller durante la cursada. Ahora, continúan con esto los chicos de noveno, pero nosotros vamos a seguir participando fuera del horario de la escuela”, prometió.
El proyecto es apoyado por la Municipalidad de Florencio Varela que provee de los materiales. “Durante dos años habremos hecho más de 200 pares de muletas –comenta Hugo Mayorana, el jefe del taller de Carpintería- con los materiales que aportaba el municipio, que luego eran entregados a la municipalidad para que los donaran a los carenciados del distrito”.
Los alumnos de la Escuela Nº4 tienen antecedentes en ganar concursos. “En 2002 la escuela ganó una computadora sofisticada en un concurso organizado por Siemens –recuerda Mayorana- por la fabricación de un robot lanza pelotas, que sirve para entrenar a jugadores de ping pon”. Ahora la computadora es un recuerdo. “Hace poco nos robaron –se queja el director- y otra vez tenemos que empezar de nuevo a conseguir las herramientas indispensables. Desgraciadamente, esta escuela a pesar de ser un galpón y estar enrejada parece atractiva para los ladrones que dos por tres nos roban”.
Entre los 124 proyectos educativos solidarios presentados desde todas las regiones del país el esfuerzo de estos docentes y alumnos de Florencio Varela ubicado a 33 kilómetros de la Capital Federal logró uno de los cinco galardones de Price Waterhouse Coopers. El premio de la empresa, que fue declarado de “Interés Educativo Nacional” por el Ministerio de Educación, distingue proyectos escolares con proyección hacia la comunidad.
A pesar de ser pocos y de la falta de elementos, los alumnos se las ingenian para ayudar en instituciones públicas. “Se ocupan de reparar sillas de ruedas y de realizar la instalación eléctrica y el mantenimiento en instituciones sociales –detalla el vicedirector Rodolfo Decano-. Y también recorren las plazas del partido y arreglan los juegos que están rotos”.
En el edificio donde hoy funciona la escuela técnica, unos veinte años atrás una fábrica embotelladora daba trabajo a cientos de familias de la zona. Con la política económica devastadora de los ’90 pasó a formar parte de las industrias que debieron cerrar sus puertas. Las instalaciones fueron utilizadas para fundar este establecimiento educativo, al que asisten más de 900 chicos.
“En este lugar se embotellaban productos alimenticios” señala Giorgetta. Por eso –y por no haberse invertido en mejoras edilicias- el lugar es un gran galpón con techos de chapas donde conviven los alumnos de los distintos cursos.”Nunca hubo ningún tipo de mejoras y nosotros más o menos la estamos haciendo funcionar, aunque es muy difícil porque el edificio no tiene las comodidades propias de una escuela”, describió.
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Cómo comunicarse:
Escuela Técnica Nº 4 Jorge Sábato: (011) 4237-1077
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*Agencia Universitaria de Noticias y Opinión
Revista Tercer Sector

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