Tres detenidos por el crimen contra Analía Oliveira

Se trata de la ex cuñada, un hombre y otra mujer que vivían en la misma casa que la víctima, quien, según los peritajes, estuvo secuestrada más de una semana y fue asesinada un día antes de la denuncia por desaparición.

Marina Pandolfi

Lomas de Zamora, enero 9 (AUNO).- A casi un mes de la aparición del cuerpo mutilado de Analía Oliveira en un descampado en Ezeiza, su ex cuñada Samantha Villagra junto a otra mujer que vivía con ella y un hombre fueron detenidos y son señalados como los responsables del asesinato de la joven misionera de 24 años que estaba desaparecida desde el 9 de agosto.

“La tuvieron secuestrada varios días antes de asesinarla. Mi hermana debe haber visto o escuchado algo que no debía porque, si no, no se explica por qué hicieron esta atrocidad”, supuso ante AUNO Emilio, uno de sus hermanos.

El hecho de que Oliveira haya estado secuestrada días antes de su muerte se contradice con las declaraciones de Villagra cuando sostuvo que “Analía salió de la casa el sábado 9 de agosto y dijo que volvería al día siguiente”. Esos dichos nunca terminaron de convencer a la familia de la víctima: “Nosotros nos guiamos por lo que ella cuenta, pero para nosotros ella nunca llegó a salir de la casa”, afirmó Celeste, la esposa de Emilio.

Es que Analía no vivía con sus hermanos mayores en Lomas de Zamora (los otros viven en Misiones con su mamá) sino en el barrio Santa Marta, de Tristán Suárez, con Villagra y los otros dos detenidos, Federico Ramón Vega, con quien ella mantenía una relación extramatrimonial, y María del Carmen Jiménez.

El titular de la UFI Nº2 descentralizada de Ezeiza, Carlos Hassan, siempre señaló que se trataba de un caso “complicado” porque la joven vino desde Misiones hasta Buenos Aires por su novio, un cadete del Colegio Militar del Palomar. No tenía un círculo definido de amistades ni vivía con su familia, entonces las únicas referencias y posibles pistas provenían de quienes realmente vivían con Analía en el día a día, y que resultaron ser los primeros sospechosos.

El hecho de que Villagra haya realizado la denuncia diez días después de la desaparición de Analía fue lo que llamó la atención del fiscal. “El 18 de agosto nos dieron aviso de que se encontraron las partes de un cuerpo en un terreno baldío de la zona, pero hasta ese momento la fisonomía de esas partes no se condecía con la de ninguna otra persona que estuviera desaparecida hasta ese momento”, explicó.

Sin embargo, añadió, “tres días después, el 21, cae la denuncia por averiguación de paradero en la fiscalía sobre una joven que había desaparecido dos semanas atrás. A partir de ahí, había que empezar a atar cabos”. Los estudios de ADN tomaron casi dos meses, hasta que a finales de noviembre se pudo comprobar que se trataba del cuerpo de Analía. Aún así, falta hallar otras partes. “¿Te das cuenta? Nos van a entregar a mi hermana por partes. Esto es un horror”, manifestó Emilio.

Una vez identificad el cuerpo restaba buscar la forma de cercar poco a poco a los sospechosos sobre los que el fiscal depositaba sus sospechas. “Hasta ahora no iba a aparecer nadie más que me diera algún otro indicio como de que la vieron dando vueltas en la calle, por ejemplo. Las únicas referencias que tuve, fueron de la gente que vivía con ella, entonces tuve que buscar por otros lados”, contó. Fue así como comenzaron las investigaciones de los cruces de llamadas, y se determinó que había un número recurrente que llamaba a Villagra y le pedía dinero. Se realizaron allanamientos en distintos puntos del partido de Ezeiza y en la casa de la acusada, para incautar ropa de Analía y cotejarla con el ADN de las partes halladas.

Lo que definió la detención de Samantha junto con las otras dos personas fue que, cuando se hallaron partes del cuerpo, uno de los pies tenía puesta una media. En un nuevo allanamiento en la casa de su ex cuñada, se encontró la otra que faltaba. Los peritos forenses determinaron que Analía habría muerto el 17, un día antes de que Villagra fuera a hacer la denuncia y ocho días después de cuando ella dijo que la vio por última vez, ya que su actividad por las redes sociales como WhatsApp data del 10 de agosto por la mañana. Lo que implica que, efectivamente, Analía estuvo cautiva dentro de esa casa más de una semana.

Sin embargo, los móviles del crimen continúan sin resolverse. La familia de Analía sospecha que ella se debió haber enterado de algo que “no debía” y que por eso la asesinaron, mientras que, en sus declaraciones, los acusados se desvincularon del crimen. Por su parte, el fiscal Hassan tiene hasta el 18 de este mes como plazo máximo para solicitar la prisión preventiva definitiva hasta la espera de un juicio oral.

MP-AFD
AUNO-08-01-14

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