Proponen transferir a algunas provincias la producción de alimentos supernutritivos

La denominada “supersopa” es elaborada por un centro de investigaciones de Santa Fe, dependiente del Conicet, que produce 30 mil raciones mensuales, a un costo de 60 centavos cada una. Y se distribuyen en comedores comunitarios.

Por Noelia Barral Grigera

A cinco meses de su presentación pública, el alimento supernutritivo que diseñaron científicos argentinos incrementó su producción en un 50 por ciento hasta llegar hoy a las 30.000 raciones mensuales. El proceso se lleva a cabo en el Centro Regional de Investigación y Desarrollo (Ceride), en la ciudad de Santa Fe, en colaboración con la Universidad Nacional del Litoral (UNL).

Estas comidas supernutritivas, también conocidas como “superguisos”, son alimentos deshidratados, con alto contenido de proteínas de soja y lácteas, que actualmente se ofrecen a personas de pocos recursos en Santiago del Estero, Salta, Tucumán, y en la provincia de Buenos Aires. Hace una semana, el Ceride firmó un convenio con el gobierno santafesino para que el producto llegue a todos los comedores comunitarios de la provincia.

El Ceride, que depende del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), tiene interés en trasladar la elaboración desde Santa Fe hacia otros lugares del territorio nacional, reservándose el derecho de auditar leal proceso de producción, para poder dedicarse a la investigación y el desarrollo de nuevas variedades de este tipo de comidas.

El ingeniero José Luis Giménez, coordinador del Proyecto de Raciones Alimenticias, explica que el trabajo principal dentro del Ceride apunta a “difundir el producto y analizar luego la posibilidad de transferir la producción a distintos puntos del país para un mayor beneficio poblacional”.

Los “superguisos” están confomados por 9 tipos de alimentos totalmente deshidratados: arroz a la crema, guiso de arroz, arroz azafranado, fideos a la crema, guiso de fideos, fideos al pesto, guiso de lentejas, guiso de arvejas y polenta fortificada. “Tienen la ventaja de que no requieren cadena de frío y además tienen un costo de 60 centavos la ración, o sea que cada bolsa de 500 gramos cuesta $3”, detalla Giménez. Las porciones sólo se comercializan a través de comedores comunitarios u organizaciones no gubernamentales.

“El costo de la ración es también el precio final “#8220;aclara el ingeniero- no existe margen de ganancia”. Según indica Giménez, todo lo recaudado por la venta de las raciones es nuevamente volcado al circuito productivo.

Los alimentos vienen envasados en bolsas que pesan 500 gramos en seco y que al hidratarlos se transforman en 2 kilos de una comida nutritiva, balanceada y económica.
AUNO 05-05-05

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