Principales desarrollos en ´visión artificial´

Diferentes intentos científicos que van desde implantes de chips en la retina y el cerebro, hasta tratamientos con células embrionarias, abren un enorme campo de esperanza en el combate contra la ceguera.

(AUNO*) Jorg Salzmann (retinólogo) y Joel Sommerhalder (ingeniero) de Suiza, están desarrollando un implante retinal para estimular la retina y generar artificialmente visión en una persona ciega. Este grupo está experimentando actualmente en roedores.
Otros proyectos importantes se llevan adelante en Alemania y en los Estados Unidos. En tal sentido, Mark Humayun, director del Área de Retina y Desarrollo de Bioingeniería del Doheny Eye Institute de la Universidad de South California está a cargo de un área de chips en biomedicina que ha desarrollado un implante epi-retinal (que va por encima de la retina) y ya tienen experiencia en humanos: tienen el primer y el segundo prototipo ´en la calle´.
“Lo principal es que han conseguido respuestas visuales medibles en forma objetiva que demuestran que hay potencial de acción. El paciente reconoce si la luz está prendida o apagada, reconoce la presencia de sombras, y en algún caso ya reconoce la presencia de letras de gran tamaño”, comentó el doctor Roberto Ebner, especialista del Hospital Británico.
En la actualidad, se estima que para tener buen nivel de respuesta visual estos implantes deben generar entre 300 y 600 píxeles, lo cual permitiría al paciente una visión de ´navegación´ (para deambular, esquivar objetos, encontrar la comida en el plato, etc.). “Pero para desarrollar una visión de mayor significación y precisión, incluso para la lectura, se necesitan más de 1.000 píxeles, lo cual parece próximo a conseguirse en el corto plazo”, indicó el especialista.
“Los suizos están estudiando cuánto se necesita para poder ver palabras de cuatro letras y cómo es el barrido y el aprendizaje que el paciente hace, mediante simulaciones en bioingeniería de informática”, señaló. Aún falta miniaturizar más las estructuras para mejorar el nivel de respuesta, y resolver la forma de generar energía para que funcione, porque no se le pueden cambiar las pilas como a un implante coclear o a un marcapasos.
“Todo depende del tamaño del implante, que debe ser muy pequeño, ya que no hay mucho espacio en el ojo. Estos implantes se colocan en un área cerca del centro de la retina (´mácula´), región que es sumamente delicada. Si se lograra hacer eso sobre la mácula, la definición seguramente sería mayor”, afirmó.
Por otro lado están quienes estimulan directamente al nervio óptico. “Son estudios muy preliminares; el nervio óptico es un coaxil muy complejo, no es como el nervio coclear en la audición, que mediante un implante de entre 4 y 8 canales permite que el paciente mantenga una conversación telefónica”, comentó Ebner quien agregó que “para que ese ´cable´ coaxil transmita formas, distancias, colores, volúmenes, tonos y contrastes y simplemente con una estimulación externa, genere una forma ordenada de impulsos que el cerebro después entienda es sumamente complejo. Aparentemente, esto sí se puede hacer a través del procesamiento retinal”.
Pese a que hay instituciones que están trabajando directamente sobre un implante cerebral, para los investigadores que están en el tema la posibilidad de obtener buenos resultados “aún es lejana”.
“También hay implantes mixtos, que intentarán estimular, por un lado, sobre retina, y por el otro, sobre el SNC, lo cual puede ser interesante en casos en que el paciente tiene muy afectado el nervio óptico, ya que de esta manera hacemos un ´by-pass´”, reveló.
En contrapartida se encuentran científicos que están implantando células embrionarias. El doctor Ebner explicó que “es la forma biológica de reconstituir tejidos, que estas células se diferencien en células de la retina y se conecten con las del paciente. De esta manera, generan un axón que viaja por las vías ópticas naturales del paciente, repoblando de una manera anatómica, con axones verdaderos, esa ruta, a fin de recrear lo que en un momento fue una vía sana”.
No obstante, se halló que el proceso funciona hasta cierto punto. El axón, al pasar del nervio óptico, ya no sabe dónde va, dado que falta una proteína trazadora (que existe en los embriones) para que llegue al cerebro por el camino natural.
“En otras experiencias se observó que las células implantadas se diferencian convirtiéndose en verdaderas células retinales, pero no se interconectan con las células del huésped. Este año, investigadores norteamericanos publicaron un estudio en la revista Ophthalmology, reportando haber hallado potencial de acción en células implantadas, ya que han visto que éstas generan ondas en el electrorretinograma. Ello significa que están vivas e interconectadas con las vecinas. Lamentablemente, no obstante el éxito del implante celular, los pacientes estudiados no lograron ver mejor”, indicó el especialista.
AUNO 9-12-03 mar cb

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