Preocupación por toxinas generadas en el Río de la Plata

Desde hace años, en la época de verano se produce un fenómeno silencioso en el Río de la Plata: la floración de un alga produce toxinas hepatotóxicas que podrían constituir un peligro para la población, ya que la exposición prolongada a ellas puede producir daño hepático crónico. La Asociación Amigos del Río de la Plata reclama que se tomen medidas para evaluar el riesgo real sobre la salud de los habitantes del lugar.
Por Daniela Bordón

(AUNO*) Recientemente se conocieron los resultados de un análisis sobre el tema efectuado por investigadores de la Universidad Nacional de La Plata. El informe indica que en las muestras de agua del río hay presencia de microcystis aeruginosa, o “algas verdeazuladas”. Al producirse la floración de estas algas, son liberadas cantidades de una toxina la microcistina que, en caso de intoxicación aguda, afecta al hígado, mientras que en menores dosis presenta un cuadro sintomatológico similar al del cólera, con diarreas, vómitos, mareos, fiebre y malestar general.
Según comentó a AUNO Mariano Ragonese, de la Asociación Amigos del Río de la Plata, las floraciones algales “son un proceso que sucede todos los años durante noviembre y diciembre. De acuerdo a la capacidad del río de moverse varía la cantidad, ya que el río las remueve “#8220;indicó-. De hecho, una tormenta fuerte puede hacer que la floración pase casi desapercibida.”
Además, señaló que el proceso de floración está vinculado a distintos elementos, entre ellos, el estancamiento del agua, “un factor muy fuerte este año. Y la temperatura y la cantidad de oxígeno”. En este sentido, destacó que el Río de la Plata recibe “desechos cloacales y otros desperdicios” que contribuyen al problema, ya que al consumir oxígeno y dificultar el equilibrio de las aguas ayudan a generar condiciones para el florecimiento.
Por otra parte, Ragonese subrayó que las muestras que analizaron los investigadores de la UNLP “fueron tomadas a sólo 3 mil metros de donde se obtiene el agua que es consumida en la zona”. Esto constituiría un peligro importante, ya que la microcistina es una toxina que no se elimina con la potabilización.
Mientras tanto, las autoridades locales y provinciales recomendaron no tomar contacto con las aguas ni consumir peces extraídos del río. Sin embargo, desde la entidad ambientalista opinan que la sugerencia no es suficiente: “Nosotros no sabemos si los controles se hacen de manera cíclica o esporádica. Tratamos de crear conciencia en estos aspectos para que se tomen acciones concretas”, afirmó Ragonese.
En cuanto al peligro real para la salud, comentó que el contacto con las aguas “sólo produce una irritación, si se traga un poco de agua puede llegar a producir gastroenteritis: el verdadero problema surge por bioacumulación “#8220;explicó-. Este caso se da cuando hay una exposición prolongada, por ejemplo todos los veranos, durante años. Entonces hay posibilidades reales de desarrollar un cáncer”, advirtió.
En este sentido, Ragonese señaló que las floraciones de este alga se producen “desde hace seis o siete años”, e indicó que por esa razón es que no hay datos en los hospitales ni registros de personas con problemas de salud, ya que “es algo reciente “#8220;evaluó-. En Japón, por ejemplo, se han dado procesos similares que recién se detectaron al cabo de veinte años, mientras tanto, nadie supo lo que pasaba.”
Para esta semana, la Secretaría de Política Ambiental bonaerense espera los resultados de un nuevo análisis, esta vez a cargo de especialistas del Instituto Nacional del Agua y el Ambiente (INA). De esta manera, se espera determinar la concentración de toxinas en la zona. Sin embargo, el tiempo no es un buen aliado, ya que a medida que transcurren los meses “los niveles de toxinas bajan paulatinamente. Si se miden en marzo, probablemente no queden rastros de la contaminación”, afirmó Ragonese.
AUNO 17-2-04 mar db

Dejar una respuesta