La historia en una foto

“Era una situación muy fotogénica.” Así describió Enrique García Medina al estallido social que registró con su cámara el 19 y 20 de 2001. Durante esas jornadas tomó una de las imágenes icónicas. “Cuando los días son históricos prefiero trabajar para mí”, sostuvo en diálogo con *AUNO*, a pesar de que lamentó no haberla presentado a ningún concurso internacional. La historia detrás de la foto que retrató la situación vivida, contada por su autor.

Lomas de Zamora, diciembre 20 (AUNO).- Una foto vale más que mil palabras. Frase remanida y gastada hasta más no poder, pero no por eso deja de ser, en algunos casos, efectiva. Una de las que tomó Enrique García Medina sintetizó a la perfección el espíritu de los episodios ocurridos el 19 y 20 de 2001: un manifestante, con la remera de barbijo para evitar inhalar el gas lacrimógeno, arroja una piedra a los policias que reprimían en Diagonal Norte. Una cortina de humo, el Obelisco de fondo, algo quemándose a un costado, el joven sobre una pierna, cual paso de ballet, son los elementos que combinan el arte y el retrato de la realidad. Su autor no pensó jamás que alguno de los disparos de su cámara podría ser ícono del estallido social del que se cumplen diez años. “Era una situación muy fotogénica”, consideró el reportero gráfico en diálogo con AUNO, intentando dejar de lado todo egoísmo.

Iniciado en 1990 en la profesión, recién ocho años más tarde arribaría al mundo del periodismo. “Vivía cerca del Perito Moreno, no tenía laburo y un amigo me dijo que podría sacar fotos al paisaje, a los turistas para hacerme un mango”, contó García Medina.

Como colaborador de los diarios Página/12 y La Nación, así como también de las agencias de noticias internacionales DPA y EFE, solía realizar su trabajo en los Tribunales de Comodoro Py: “Era un personaje de ese ámbito, siempre estaba en los pasillos”.

Ahí, a fuerza de fotos, se ganó el rencor y la antipatía de algunos de los policías que custodiaban a las personas que solían caminar por la sede judicial, entre ellos el por entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo.

El 19 de diciembre, cuando comenzaron los saqueos en algunas localidades del Conurbano bonaerense, el reportero gráfico freelance recorrió la Capital y se encontró con las primeras imágenes del estallido en tierras porteñas: “Empecé a caminar para ver la situación y ahí vi a una madre con los hijos llevándose unos paquetes de yogurt”.

Sin embargo, García Medina no pensó que allí se reencontraría con uno de los policías de la sede judicial y que le dispararía. “Comodoro Py”, le gritó uno de los hombres que reprimía, dejando en claro que lo conocía de los pasillos de Tribunales, y sin mediar palabra le disparó y rió.

“Terminó de dispararme, me di vuelta, vi la escena de la foto y la saqué así de una. Es como que me dio una fuerza especial”, rememoró el autor de la imágen que podría haber ganado premios internacionales, pero que no pasó de los medios en los que fue publicada: “Me equivoqué, soy un tonto. Las tendría que haber presentado. Tengo amigos que mandaron y ganaron premios”.

La composición de la imagen que recorrió el mundo no fue algo armado por su autor, ya que ni siquiera se movió para tomar la foto: “Después de años en esto, llega un momento en el que la mirada artística la tenés incorporada”.

Acerca del destino de la fotografía, García Medina contó a esta agencia que primero la guardó para su archivo personal y luego la vendió a medios locales e internacionales como las agencias Télam y Reuters: “Cuando los días son históricos prefiero trabajar para mí”.

“Fue una forma de participar, por más que alguien pueda pensar que somos fríos por sacar fotos mientras a alguien le están pegando. Esa es nuestra manera de mostrar lo que pasaba”, definió García Medina sobre el papel que cumplieron los fotógrafos en los hechos del 2001.

PT-AFD
AUNO-20-12-2011

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