La gripe y los que menos tienen

Médicos que atienden en dos de los barrios más pobres del distrito, consideran que la epidemia de la Gripe A es una más de las tantas que padecen a causa de la pobreza. Consideran que la desnutrición infantil puede ser la causa para el desenlace fatal en caso de influenza. Además, según una especialista en medios de comunicación, las noticias generan miedo y son aprovechadas como “un pretexto para atacar al Gobierno”.

En las zonas más pobres del sur del Conurbano, la epidemia de la Gripe A (H1N1) es una más de tantas otras: por las condiciones de vida a las que están expuestos sus habitantes, “cualquier virus puede resultar mortal” y “la recuperación les sería más costosa porque no pueden dejar de asistir al trabajo”, afirmaron médicos de dos de los barrios más postergados de Lomas de Zamora.

Si las características del entorno “no son las adecuadas, es más factible que cualquier malestar, por mínimo que sea inicialmente, se complique”, sostuvo a AUNO Alejo Moreyra, un médico de Propuesta Tatú que trabaja en el barrio 17 de Noviembre, de la localidad de Ingeniero Budge, donde los suelos se inundan, el agua que beben está contaminada y el tendido eléctrico es improvisado.

LAS OTRAS “GRIPES”
Si bien la pandemia de gripe porcina alteró momentáneamente los hábitos de la población, no es la única enfermedad que se propaga con rapidez y que, agravada con otras patologías, puede conducir a la muerte. Aunque no tengan la misma difusión, diversos padecimientos preocupan a los habitantes de los lugares más desprotegidos, donde los peligros son mayores por las condiciones de vida.

De hecho, durante junio pasado, el 82 por ciento de las consultas que asistió Propuesta Tatú en el 17 de Noviembre fueron por enfermedades respiratorias, la más frecuente fue la rinofaringitis, con el 59 por ciento de los casos, mientras que la neumonía alcanzó el 3 por ciento.

Por otra parte, las circunstancias climáticas agravan y complican la situación. Según un informe de Red Solidaria, cuando la temperatura desciende de los 5 grados centígrados peligra la vida de los más pobres. Esta es la situación que deben enfrentar, también, los vecinos del barrio Juan Manuel de Rosas, ubicado en la localidad de Villa La Madrid, Lomas de Zamora, donde la gente vive en ranchos de chapa, sin estufa ni ropa suficiente.

En la progresión o regresión de una enfermedad, también influye la situación social del afectado. Para Carlos González, un médico que atiende en ese barrio, en zonas como ésa “es imposible el aislamiento, que es la medida que se toma para quienes padecen Gripe A”. Esto es así porque “de ausentarse al trabajo, hay una familia que no come. La gente trabaja en negro, en changas en el Mercado Central o en talleres clandestinos de costura”.

En este marco, “una gripe común puede resultar tan fatal como la H1N1”. En la misma línea, Moreyra opinó que la Influenza “existió siempre” y, más allá de las diferencias entre los distintos virus, “no es novedad que la gente muera de gripe”, aunque aclaró que “debe existir una patología de base para que esto suceda, como la desnutrición”.

CUANDO NADIE CONTROLA
Uno de los interrogantes que se desprende es el rol del Estado en esta problemática. En tal sentido, ambos médicos coincidieron en afirmar que, simplemente, “está ausente”. Para Moreyra, el sistema de salud “no prioriza a la persona sino que persigue fines comerciales y económicos. Así, el paciente es tratado como cliente”. Según él, este es uno de los motivos por los que la Gripe A “golpeó tanto a la sociedad”.

González se refirió a la poca asistencia hacia los trabajadores que se enferman: “Nadie hace nada por esa familia que se queda sin comer si una persona de pronto sufre algún padecimiento. El Estado debería, al menos, otorgar subsidios para su alimentación”.

Por otro lado, una de las afecciones más propagada en el barrio Juan Manuel de Rosas es la tuberculosis, una patología “propia de la pobreza porque se debe a la mala alimentación, el exceso de horas de trabajo y la falta de horas de descanso”, explicó González, y subrayó: “En nuestro país hay una gran división de clases y, por ende, de enfermedades. Cuando se ve afectado el grupo social más acomodado, es cuando sale en televisión…”

En el 17 de Noviembre, donde cuatro médicos atienden todos los jueves entre 50 y 70 personas, las prioridades no son tan distintas porque si bien “la gente se asusta y cree mucho en lo que dicen los medios” de comunicación respecto a la Gripe A, “están más preocupados en qué va a comer a la noche su familia”.

DY-RCI-AFD
AUNO-17-07-09
aauno@yahoo.com.ar

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