El panorama de género en la gestión Cambiemos según Dora Barrancos

A tres años de la asunción de Mauricio Macri como presidente, la socióloga e historiadora feminista Dora Barrancos analiza la gestión del cambio y las graves falencias de su programa para combatir la violencia de género.

Martina Jaureguy

Para la socióloga e historiadora feminista Dora Barrancos, la gestión de Cambiemos se enmarca dentro de la accidentada historia del neoliberalismo en América Latina, que atraviesa los últimos 50 años. “Políticas de ajuste” y promesas de un “déficit cero que nunca se va a conseguir” son las características que, en sus palabras, conforman la quimera del gobierno de Mauricio Macri, que hoy cumple tres años en la Casa Rosada.

En materia de políticas género, no se queda atrás: para Barrancos, el “folleto ficcional” con el que ganó las elecciones de 2015 se trasladó, también, a sus limitadas y tímidas acciones en pos de cumplir la ley 26.485 para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.

¿Cuál fue el panorama de estos últimos tres años en cuanto al presupuesto que se destinó al ex Consejo Nacional de las Mujeres, que en septiembre de 2017 pasó a llamarse Instituto?
Sin dudas, había una promesa presupuestaria bastante interesante en el año 2016, un compromiso bastante importante que se hizo con el Consejo Nacional de Mujeres. A mí no me incomodó para nada el nombramiento de Fabiana Túñez (al frente del Consejo), la estimo y la he conocido a lo largo de los grandes combates feministas. El problema es el tsunami general en el que está envuelto el ahora Instituto. Tuvieron problemas de ejecución, es decir, de merma del presupuesto para ejecutar. Me da la impresión actual que no han podido siquiera terminar con el plan previsto ya en 2016 y 2017, con la construcción de refugios y demás. Una cosa es lo que la ley manda y otra es lo que efectivamente le fue brindado. Otra cuestión son las limitaciones notables con el ajuste para el próximo año.

¿Cuál es su mayor crítica a las políticas de género de este Gobierno?
Yo le advertí en su momento a Fabiana que era un programa que sí tenía que ver con el combate al flagelo de la violencia, pero que era ex post de la violencia, no había un programa de prevención. Sin una sintonía con el sistema educativo es imposible el cambio completo para desarticular a las formas violentas patriarcales en la Argentina. Argentina es un país al que no le va nada mal en la formalidad legal. El marco punitivo es bastante interesante, cuando se aplica, pero necesitamos un proyecto de prevención.

En estos últimos tiempos, ¿cree que hubo retrocesos, como los cuestionamientos a la ley de Educación Sexual Integral (ESI)?
Qué cosa paradójica: cuando se debatió el aborto hubo muchísimos representantes que votaron de manera contraria al proyecto y sostuvieron la inexorable necesidad de llevar adelante una educación sexual, ignorando que había una ley. Pero era el artificio ficcional: en el fondo, tampoco estaban dispuestos a que en sus respectivas provincias finalmente se aplicara la ley, y por lo tanto ha quedado a merced de las vocaciones políticas eventuales en las provincias. Yo creo que el próximo año va a haber una gran reacción, pero es una tentativa. Mi preocupación, en todo caso, de aquellas formaciones ideológicas contra la ideología de género, están situadas sobre todo en la capacidad de eficacia que pueden tener en los sectores populares, donde encuentran su feligresía los sectores fundamentalistas neocristianos.

En lo que resta del mandato de Macri, ¿podría llegar a avanzar con nuevas políticas de género?
Puede haber tretas conservadoras que hacen como una falaciosa interpretación de los derechos de las mujeres, pero que en el fondo embolsan las actitudes más conservadoras. Este año pusieron toda la ficcionalidad sobre la mesa: la artimaña de hacer creer que la autorización para el tratamiento de la ley del aborto se consagraba con un estado de convicción interna de la mayoría de Cambiemos, y no fue así. Felizmente, para mí, ganamos. La parada púbica la ganamos, perdimos obviamente en la formulación legal, pero va a venir. En cuanto a la ley de paridad laboral, no me animo a decir si este soporte no viene embutido con una ley que flexibilice el trabajo. Eso sería inadmisible.

¿Cómo sigue la lucha por el aborto legal el año que viene?
Por supuesto, la Campaña por el Derecho al Aborto va a volver a poner el proyecto, pero va a ser un año muy agitado. En esa agitación, no es fácil la sostenibilidad, porque toda la ansiedad va a estar puesta en la configuración de las listas y en ciertas negociaciones del lado del peronismo kirchneristas y las fuerzas más progresistas, que van a estar con mucha ocupación en torno a las propuestas de unidad. Ahí puede haber algunos sacrificios en materia legislativa, pero en el 2020 o 2021, será. Puede haber algunas otras tretas, todos los guantes los vamos a usar.

AUNO 10-12-2018
MJ-AFG

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