El peligro de los animales ponzoñosos

El contacto con animales ponzoñosos como arañas, alacranes y ofidios se incrementa notablemente en los meses del verano, por lo que autoridades médicas recomendaron recurrir a una consulta inmediata con un especialista en caso de sufrir una picadura.

(AUNO*) Como todos los veranos, en las épocas de altas temperaturas, en las que se desarrolla una mayor actividad al aire libre, que además es cuando se incrementa el ritmo biológico de los animales, aumentan las consultas por intoxicaciones por contacto, mordedura o picadura de este tipo de animales. Para los especialistas del servicio de Toxicología del Hospital de Niños de La Plata “Sor María Ludovica”, “conocer los síntomas y qué se debe hacer en estos casos puede ser la diferencia entre la vida y la muerte”.
Según los especialistas, los casos de afecciones por contacto con estos animales son “prácticamente inexistentes durante los meses de frío, sino que comienzan a aumentar lentamente a partir de septiembre, hasta tener su pico máximo entre diciembre y febrero”.
“La razón es simple: en esta época, las personas incrementan su actividad al aire libre, y esto se combina con las características propias de animales e insectos que son más activos durante los meses de calor”, explicó Ana María Girardelli, jefa del servicio de Toxicología de ese establecimiento público provincial.
La especialista aclaró que “cuando hablamos de este tipo de intoxicaciones nos referimos a accidentes por picaduras, mordeduras o contacto con animales o insectos que poseen un veneno en su superficie, dentro de su mandíbula o en alguna lanceta o aguijón. Esto es diferente a las reacciones alérgicas que pueden provocar algunas picaduras. El envenenamiento se produce por la inoculación de una ponzoña (veneno)”.
Para graficar el efecto de esos casos, en ese centro asistencial, de las 634 consultas recibidas por intoxicaciones por animales ponzoñosos durante el 2001 “#8220; tanto a casos de niños como de adultos-, un 31,9 por ciento fueron causadas por arañas; un 16,2 por ciento por alacranes; un 9,1 por ciento por ofidios; y el restante 42,8 por ciento correspondió a cuadros producidos por múltiples tipos de animales e insectos, como lesiones por tábanos, afectaciones por las mariposas nocturnas y sapos, entre otros. En ese centro asistencial no se registraron casos fatales y el 15 por ciento del total “fue motivado por animales de alto riesgo, y de ellos, 10 pacientes requirieron el tratamiento con sueros específicos”.
Además, se aclaró que “la peligrosidad de estos cuadros no depende directamente del tipo de animal que haya producido la inoculación, sino de la variedad de la especie involucrada, ya que hay, por ejemplo, ofidios que no son venenosos”. Sobre este punto, Girardelli explicó que “no todas las variedades de arañas, escorpiones y ofidios implican riesgo. Pero siempre, ante el desconocimiento, hay que tomar precauciones, y en caso de mordedura o inoculación, consultar de inmediato al médico. Es necesario que sea el profesional quien determine la necesidad o no de hacer tratamientos con los sueros específicos para contrarrestar la acción de cada veneno”.
La especie que más frecuentemente provoca envenenamientos es la araña, y dentro de las variedades que pueden llegar a ocasionar cuadros tóxicos, “hay dos que tienen cierta relevancia”: una, la conocida como viuda negra (Latrodectus mactans), cuya mordedura si bien puede generar síntomas generalizados, “raramente llega a ser mortal”; y la otra es la llamada araña de los rincones o de los cuadros (Loxosceles Laeta) “que, a simple vista, parece más inofensiva que la anterior, pero cuya ponzoña puede ser fatal si el paciente no es tratado dentro de las 48 horas de la inoculación”.
“Esta araña es pequeña, no alcanza el centímetro y medio de diámetro en su tamaño total, y es de color grisáceo, a veces acaramelado. Es decir, su aspecto no es terrorífico, pero el veneno que posee es sumamente poderoso”, alertó la especialista. Su mordedura puede generar una afección local, con dolor intenso y variación de la coloración de la zona donde se produjo la herida. Esta lesión original puede ulcerarse y llegar a la necrosis (muerte) del lugar afectado. “En muchas situaciones esto se acompaña de un cuadro general que comienza con fiebre, con un estado pseudogripal, dolores musculares y articulares, y en pocas horas la persona afectada nota una diferencia en el color de la orina, y es porque está eliminando sangre”, indicó.
“Polísta “#8220;dijo Girardelli- es la manifestación más gráfica de la alteración que produce: genera un defecto de coagulación importante, después se agrega insuficiencia renal y esto puede llevar al fallecimiento del paciente. El cuadro general no sólo es más grave que el que produce la viuda negra, sino que, además, como la sintomatología que provoca no se relaciona con el animal ponzoñoso, muchas veces se demora la consulta. En cambio, las manifestaciones del envenenamiento que genera la viuda negra son muy parecidas a los de padecimientos severos, y eso hace que la gente acuda al médico en forma inmediata y temprana”.
Sin embargo, aclaró que su mordedura no es la más frecuente dentro de la variedad de arácnidos, y que no se trata de una especie agresiva con el hombre. “Sólo muerde cuando se siente atacada”, dijo. Además, ante el hecho de que habitan en lugares limpios y son bastante resistentes a los plaguicidas, Girardelli recomienda “cuidar siempre donde se mete la mano. Es decir, si se va a sacar algo de un cajón, de un mueble, de cualquier lugar cerrado, oscuro, que no se remueve diariamente hay que tener la precaución de primero ventilar, iluminar, mover los objetos con algún palo, o sacudir prendas que uno vaya a utilizar”.
Ante un caso de picadura, el ministerio de Salud provincial explicó que “el servicio de Toxicología del Hospital de Niños de La Plata, centro único de referencia a nivel provincial, atiende las 24 horas, todos los días del año, y la consulta puede hacerse de cualquier punto del interior bonaerense o del país en forma telefónica, a través del (0221) 451-5555 o del 0-800-222-9911 (línea gratuita)”.
“Un simple llamado telefónico en forma temprana es, muchas veces, suficiente para que, a partir de la descripción de la herida, los síntomas, y la situación en que ésta se produjo, se pueda evaluar el riesgo que reviste el caso, y derivarlo en forma preventiva a aquellos centros más cercanos, según el tipo de lesión, para que se realicen los exámenes que confirmen el diagnóstico”, se indicó.
(Agencia Universitaria de Noticias y Opinión)

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