Cambios de funcionarios por denuncias de “maltratos”

Desde marzo, cuando asumió el actual titular de la Coordinación de Espacios Públicos, beneficiarios del Plan Gerenciar comenzaron a quejarse de “amenazas con perder el plan” y “ninguneo”. El funcionario acusado está de licencia desde que los trabajadores pudieron dialogar con el secretario que está por encima de él y que designó dos nuevos cargos para dirigir interinamente el área.

Luego de un años de malestar en que trabajadores de la Coordinación de Espacios Públicos de Esteban Echeverría, beneficiarios del plan social Gerenciar, acusaron a su titular de “maltrato a los empleados y desorganización”, la conducción del área quedó, de forma interina, en manos de dos nuevos funcionarios, mientras que el denunciado permanece de licencia por tiempo indeterminado.

Amenazas con perder el empleo, señalamientos que sugerían que en el departamento municipal había “ladrones” que se llevaban las herramientas y una ausencia de coordinación en el trabajo diario del cuidado de las plazas del distrito fueron los argumentos con lo que los empleados coincidieron para acusar a su jefe.

Después de dirigirse por escrito y de forma verbal a uno de los responsables más altos del Ejecutivo para pedir el fin del “maltrato”, este viernes la Coordinación dejó de estar dirigida por Carlos Díaz y pasó de forma provisoria a Roberto Manzanal, el responsable técnico del “Proyecto 76” en el que trabajaban los afectados, y Juan Carlos Ovejero, que se desempeña en el área desde 2007 como beneficiario de un subsidio social.

Los cambios ya se preveían desde el encuentro que el grupo de denunciantes mantuvo con el secretario de Obras y Servicios Públicos, Ángel Cammillieri, quien les solicitó una “presentación por escrito del organigrama de trabajo” que ellos mantenían antes de junio último —cuando asumió el mando el funcionario cuestionado— para “evaluar las medidas a tomar”, según refirió Rodrigo Giménez, uno de los trabajadores.

Las quejas de los adheridos al plan bonaerense comenzaron a llegar a AUNO en enero último, pero el temor de los hombres y mujeres empleados en el área de perder su beneficio mensual de 300 pesos por las 25 horas semanales trabajadas, como consecuencia de la denuncia pública, demoró la exposición, que finalmente explotó cuando el miércoles último los afectados se reunieron en la plaza Mitre hasta demandar una explicación clara del titular de la cartera.

“Díaz dio la orden de que no entremos en el Palacio Municipal, pero al final lo logramos porque nos pusimos firmes y dijimos que no nos íbamos a ir hasta no hablar con Cammillieri”, enfatizó Giménez, en referencia a los instantes posteriores a la asamblea espontánea en la que no faltaron insultos y hasta “trompadas” al funcionario, ya puesto en el banquillo de los acusados.

Junto al reclamo de una mejor calidad en las condiciones laborales, los trabajadores le plantearon a esta agencia el temor de una potencial eliminación de los planes sociales bonaerenses que reciben, una preocupación que también transmitieron al titular del área de Obras Públicas y a quien solicitaron ser tenidos en cuenta para integrar las posibles cooperativas que reemplacen los cupos de empleo que cubre el Gerenciar.

Pese a que las modificaciones generaron un sentimiento de alivio entre los miembros del vivero y el pañol municipal, una alta fuente de la cartera en cuestión aclaró a esta agencia que nos se trata de un nombramiento oficial sino de una intervención que permitirá revisar el trabajo de Díaz y verificar las acusaciones contra las deficiencias en la asignación de las tareas, por lo que la responsabilidades administrativas no recaen sobre la nueva conducción sino sobre las autoridades de mayor jerarquía de la Secretaría.

“!Ganamos los trabajadores¡”, celebró Walter Fernández, otro de los denunciantes luego de que, tal como lo confirmó una fuente del Palacio Municipal, Díaz se encuentre de licencia desde día posterior a que a que el conflicto explotara.

No obstante, los denunciantes se mostraron cautos a la hora de apuntar a un despido definitivo, en tanto consideraron que “es probable que lo cambien de área, porque tiene un puesto político”, sostuvo Fernández, aunque la confirmación del cese de su mando en la cartera significaría una “tranquilidad” después de la tormenta.

EL PRIMER INDICIO
A fin del año pasado, un asado de camaradería cerró el ciclo de trabajo 2008 para dar comienzo al próximo con un pretendido aire de cordialidad, pero nada fue como se esperaba: aunque los 27 trabajadores de la Coordinación estaban invitados a compartir la mesa con las autoridades de la Secretaría, el responsable técnico del proyecto —separado del control de los empleados luego de avalar los reclamos— y el jefe de Gabinete, Miguel Ángel Urchipía, la “mayoría de los compañeros no asistió”, aseguró Fernández.

La ausencia fue la primera muestra del descontento, tal como fue evidenciado, según sostuvieron quienes sí concurrieron, ante las autoridades como un indicio de que el área no estaba funcionando como los trabajadores esperaban.

ANDATE A TU CASA”
Entre los episodios que pusieron en evidencia el particular accionar de Díaz, el que tuvo como protagonista a Walter Fernández, que trabaja en la Coordinación desde abril de 2008, fue un de los más citados por sus compañeros ya que, según el afectado, Díaz lo amenazó con quitarle su plan, le ordenó que abandonara su puesto de trabajo y se fuera a su domicilio.

Ocurrió luego de que Fernández se negara a cumplir sus funciones de limpieza y mantenimiento de las plazas con un compañero al que no considera “responsable” en sus labores, lo que generó el enojo de su jefe: “Me gritó ‘vos me tenés que hacer caso. Yo soy el coordinador’. Entonces me amenazó y me dijo ‘andate para tu casa’, pero yo no me fui”, describió.

Ante la insistencia de quedarse para desempeñar sus actividades, Díaz le “quiso sacar el bolso” a su interlocutor, para amedrentarlo. “Pero el bolso era mío, no me puede ni tocar ni nada”, subrayó Fernández.

En un diálogo anterior al que esta agencia mantuvo con el denunciante, otro de los trabajadores, José Hernández, se había referido al enfrentamiento en los mismos términos, con una lectura del comportamiento del coordinador que apuntaba también una “amenaza” al municipal.

ACCIDENTES SIN RESPUESTA
Las denuncia de maltrato dispararon contra la actitud que Díaz tomó frente a dos accidentes que trabajadores sufrieron en el desempeño de sus actividades, en los que no llevó a los heridos al hospital municipal para su atención inmediata, como indica la normativa que subraya la responsabilidad civil de la comuna frente a sus empleados.

En el primero de los casos, el trabajador Daniel Fernández se realizó un corte en una mano de forma accidental con un machete, mientras trabajaba en la poda de árboles, en el invierno pasado, y no sólo no fue llevado rápidamente a obtener un diagnóstico médico sino que “a la media hora apareció Díaz y preguntó por qué había actuado así el compañero”, narró Fernández.

“Un tipo que trabaja acá y en otro lado haciendo changas necesita sus manos”, subrayó Walter, en referencia a la carga de culpabilidad que, entendió, el coordinador puso en el accidente, como si lo hubiera hecho a propósito.

Recién cuando Manzanal, hasta ese momento responsable técnico de los trabajadores, Manzanal, recibió la información de lo que había ocurrido, se encargó de llevar al herido al policlínico Santamarina para su revisación.

El segundo de los episodios señalados por la mayoría de los trabajadores entrevistados encuentra a Díaz como principal responsable, porque, tal como describió una fuente que prefirió reservar su identidad, el mismo coordinador conducía una camioneta municipal “atestada de gente y herramientas”, a tal punto que cuando arrancó “se cayó uno de los muchachos”. Lejos de mostrar preocupación, el funcionario bromeó “parece que hay guiso de chiquizuela”, al ver al trabajador tendido en el piso.

DESORGANIZACIÓN LABORAL Y FALTA DE HERRAMIENTAS
Sumada a la denuncia de “maltrato”, la crítica de los integrantes de la Coordinación disparó contra la manera de organizar las tareas cotidianas del vivero y el pañol municipales y el trabajo en el mantenimiento del espacio público echeverriano, que apunta a que “todos hagan todos, incluso sin recibir capacitación”, resumió Rodrigo Giménez, que se ocupa del cuidado de las plazas y la poda desde 2006.

El relato de los trabajadores destacó la manera de desempeñarse que llevaban antes de la asunción del funcionario, en la que con por lo menos un día de anticipación se le asignaba la plaza en la que iba a trabajar “un grupo de alrededor de seis personas, homogéneo”, que permitía “que todos los trabajos salieran”, aseguró Omar Otero, que trabaja en el área desde 2002.

En cambio, el descontento en la realización de las actividades radica en que los empleados rotan frecuentemente de plaza y cambian de actividad, incluso si ello implica la utilización de maquinarias que integran el patrimonio de la comuna, lo que no está permitido para personas que, además de no haber recibido los cursos de manejo necesarios, no están contratadas por el Ejecutivo sino que son beneficiarias de un plan social.

“Díaz te ningunea, te negrea, es como que él sabe todo”, disparó Otero, una actitud que perjudica la predisposición al trabajo de personas que deben realizar actividades informales después de su trabajo para lograr alcanzar un ingreso mensual digno para sostener a sus familias. “A mi antes me pedían que me quedara dos horitas más y no había problema, si uno trabaja cómodo. Pero así, te quema la cabeza”, sentenció, y resumió la sensación con la que coincidieron sus compañeros.

MNL-AFD
AUNO-20-03-2009
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