La voz del jingle que más se nos pega

Andrea Báez, cantante, corista de Ciro y los Persas, grabó la canción de Marolio, himno de las góndolas populares.

Ivo Rosales

Un spot televisivo de 40 segundos. Arvejas caen sobre una montaña de arroz, una familia merienda en el patio de una casa y una cantante repasa una lista de 18 productos que están “desde el comienzo del día”. Tal vez lo escuchaste en radio mientras viajabas en el colectivo. “¿Te imaginabas cómo soy?”. Es la pregunta que me hizo Andrea Báez, la voz que entona las estrofas del himno de Marolio. Andrea canta y compone jingles desde hace más de 30 años. Hoy, además de trabajar en publicidad, integra el grupo de coristas de Ciro y los Persas.

Transcurría el verano pasado cuando la empresa se comunicó con Andrea. “La gerenta de marketing me llamó y dijo ‘*vamos a salir de nuevo con el himno*’, cuenta a El Cruce. Andrea grabó el jingle en 2001. Más de 15 años después, su voz se escucha otra vez con fuerza en tandas publicitarias y se comparte en distintos formatos por todas las redes.

“La versión dance está buenísima. Con unos amigos delirábamos: ‘cuando me case quiero entrar con la canción de Marolio’”.

Andrea entró al ambiente de la publicidad a principios de los ‘80. El comercial de shampoo Dop le abrió las puertas cuando los jingles estaban en auge. En sus comienzos trabajó con Miguel Loubet, uno de los principales compositores de la época, y con Carlos Cutaia, integrante de La Máquina de hacer Pájaros, con Charly García, y de Pescado Rabioso, con Luis Alberto Spinetta. Las publicidades no sólo armaron su carrera: compuso para discos infantiles, hizo doblajes y hasta formó una banda que giraba por fiestas de Capital y el Conurbano.

“Me llamó todo el mundo cuando fue lo de Marolio. Me empezaron a escribir:‘escuchá esto’. Desde las siete de la mañana me bombardearon amigos, colegas. Le pedí amistad en Facebook a Víctor Fera (el dueño de la empresa). Le puse: ‘lo escuché en un reportaje. A mí también me llamó medio país’”. “También le mandé una imagen que me mandó un fan que decía ‘mate, café, harina…’ Como una listita de súper manuscrita”.

Previo a los instrumentos, las letras y los estudios de grabación, Andrea pasó ocho años entre números y fórmulas matemáticas en la UBA. Le faltó un examen para recibirse de meteoróloga antes de dedicarse profesionalmente a las publicidades y los medios. “Ya no daba más con la facultad. La nubecita no iba a venir nunca. Te puedo decir ‘ahí viene un frente frío’. Pero sentarme en una oficina no”, comenta.

El himno volvió al aire luego de la caída de los jingles. Las publicidades con piezas teatrales inundaron los medios la década pasada. “Lo dieron hasta el 2007 y ahora lo volvieron a poner. *El dueño de Marolio lo amó*”, comenta. El spot tuvo cambios en sus dos versiones. El primero presentaba sólo los envases de los productos; el actual incluyó desde una pareja que toma café hasta sardinas en un plato. “Fera está chocho con todo esto. *Está en boca de todos*”.

Andrea reparte sus días de trabajo entre su casa de General Rodríguez y su departamento en un décimo piso de Villa Crespo. Con un estudio de grabación en cada lugar, graba publicidades para distintas productoras y compone un disco que pronto publicará.

Andrea también cantó estos éxitos:

EL MUNDO DEL JINGLE

Los turnos de grabación duran entre una y tres horas, según el jingle y los pedidos de las empresas. “Llegás al estudio y te dan la letra. La melodía está tocada por un instrumento. Te dicen: ‘mirá, el cliente quiere que te parezcas a Madonna’. Tiene la idea que le escuchó a alguien y quiere que te parezcas”, explica Andrea. “La publicidad es muy cruel. ‘Te necesito ya. Que vengas ya’. Tenía que ir de un estudio a otro”.

Ductilidad, oído y manejo de algún instrumento son algunos de los requisitos para entrar a ese ambiente. En los ‘80 y ’90 las producciones se realizaban en exclusivamente en estudios. Hoy la actividad es más flexible y los intérpretes, como ella, pueden grabar las locuciones en sus casas.

“Cambió el modelo del jingle. Tendió a desaparecer. Empezaron a poner bandas, piecitas de teatro. *Pero ahora se está volviendo, gracias a Marolio.*”.

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