“Hace rato que teníamos pendiente el Conurbano sur”

El músico Jorge Fandermole, uno de los más grandes creadores actuales de la música popular argentina, dará un recital íntimo en el Café Dumas de Monte Grande. Antes de su show en el espacio echeverriano, el rosarino charló con *AUNO* sobre su artesanía creativa, la relación entre arte y política y el lugar que ocupa en el folklore nacional.

Juan Relmucao

Monte Grande, octubre 8 (AUNO).- ¿Qué tan seguido llega al barrio uno de los máximos autores de la música popular? Mañana en Monte Grande, con la intimidad del Café Dumas como marco, el folklorista Jorge Fandermole se presentará en formato solista a partir de las 21.

Padre de composiciones emblemáticas del cancionero popular argentino como “Oración del Remanso” o “Río Marrón”, Fandermole tendrá en Esteban Echeverría la tercera y última escala de sus primeros recitales en el Conurbano sur: antes de tocar en el espacio de Dardo Rocha 401, el rosarino había cantado en El Gutiérrez de Banfield y el Club Cultural Interlunio de Quilmes.

Con la posibilidad de tener cara a cara a un artista cuyo trabajo como creador, curador y renovador del folklore argentino le valió el premio Konex de Platino en 2015, el toque de mañana es una de las contadas ocasiones de apreciar en detalle un genio de la música autóctona en su esplendor.

En la antesala al recital, AUNO habló con Fandermole sobre su decisión de recorrer el sur del Gran Buenos Aires, la intimidad de su creación y el aspecto político del arte popular.

– ¿Por qué te decidiste por venir al Sur del Conurbano?

Nuestra expectativa, como artistas que trabajan hace tiempo de manera independiente, es siempre poder ampliar los lugares a los que podemos legar con nuestra propuesta musical. Hace tiempo que teníamos pendiente el Conurbano Sur y ahora que tenemos la posibilidad, vamos con mucho gusto.

– Al igual que los dos anteriores, el recital de mañana será en formato solista, ¿qué sensaciones se manejan al pasar de tocar con banda a tocar solo?

Un poco la propuesta del que canta sus propias canciones es la propuesta de un trovador. La condición del solista para mí es la condición original y me siento cómodo de esta manera. Aunque, por supuesto, he trabajado y trabajo con músicos en formato banda. Por eso siempre hablo en plural porque constantemente trabajo con artistas que hacen aportes muy importantes. Uno como solista piensa distinto todo, el tratamiento del repertorio, las texturas… Tiene la falta de no disponer de los otros instrumentos, de la tímbrica, de ciertas posibilidades texturales, pero, por otro lado, está la posibilidad de sentir una cercanía mucho más cruda.

– El año pasado recibiste el premio Konex de Platino a la trayectoria y en 2014 editaste un disco doble con canciones nuevas y reversiones de temas grabados en los 80 y 90. ¿Sentís una tendencia a reflexionar sobre tu historia en la música?

Creo que está bien eso de mirar para atrás y volver a arreglar de nuevo y mirar nuevamente materiales que no pueden ser conseguidos porque están fuera de catálogo o son de difícil acceso para el público. Muchas de esas canciones estaban perdida y merecían ser re arregladas y representadas. También me pareció buena la idea de reunir material nuevo y lo que podía unificar ambas partes era la sonoridad que logramos con los participantes en el disco, que fueron muchos y tuvieron una colaboración muy creativa.

Y se nota. En Fander (Shagrada Meda, 2014) al igual que en todos los discos del rosarino arreglados en conjunto, la homogeneidad de la idea brilla en el oído; una sonoridad que suena inmediatamente cohesionada, pero que existe gracias a la maduración de un grupo que forja un lenguaje común y ataca la idea con un caudal de colores y timbres. El resultado final es una canción que encarna el folklore argentino y, al mismo tiempo, puede explorar sincopados de jazz o cadencias arábigas sin perder el espíritu de la tierra, del monte o del litoral.

– ¿Cómo se trabaja esa cohesión de los músicos en pos de una idea general?

En los arreglos hay un idea de cómo deben ser, pero cada uno va a portando ideas de texturas, melodías y tratamiento dentro de su propio instrumento. En lo sucesivos ensayos uno va encontrándole la vuelta como por sumatoria de lo que va imaginando y aportando cada uno. En nuestro caso, los músicos son mucho más que sesionistas. Agradezco que cada uno se haya involucrado especialmente con las canciones porque ahí es donde se ve esa fibra que deja su propio sello. Hay mucha capacidad participativa de los músicos, mucho respeto por lo que se propone y mucha generosidad en las idea. Si confían en que puede haber una idea que homogenice el disco, no se van a guardar nada.

– A veces da la sensación de que tus canciones partieran desde el contacto entre el hombre y la naturaleza, de un alumbramiento que se produce cuando el hombre entra en la frecuencia de lo natural, ¿Cuánto de la naturaleza dispara tu creación?

Nací y crecí en ambientes más vale rurales o de pueblos muy chicos donde el ambiente natural era el sitio de juego, de crecimiento. Por otro lado, un poco por la formación que pude tener, estuve siempre muy en contacto con el medio natural y siento que hay una cierta responsabilidad de cada uno de nosotros de tratar de establecer una relación integral entre las ideas del individuo y lo social y el otro medio que no es social, pero no sólo como soporte o como provisión de recursos sino como una especie de idea, de conocimiento. Hay muchísimas líneas filosóficas y conceptuales que sostienen que hombre y naturaleza conforman un sistema integral. Probablemente hay una especie de conciencia urbana que actualmente desconoce esas relaciones, justamente lo urbano desconecta ese conocimiento y la vuelve muy alejado. Los sistemas biológicos y sociales pueden tender a la integridad. No se trata únicamente cuestión fisiológica o de las relaciones de trabajo y producción. También hay una conciencia universal que no en todos los casos está presenta. Yo la siento presente en mi construcción del mundo, y eso de alguna manera debe estar presente en los lenguajes que uno elige para expresarse.

– Otro aspecto de tus temas es una lectura política que está —latente o explícita— a lo largo de tu obra. ¿Considerás al arte y a lo político como algo indivisible?

Creo que lo artístico está vinculado a toda la experiencia humana individual y comunitaria. Los modos que esas experiencias se expresan tienen que ver con los temperamentos de los creadores. Hay creadores de la música pop, por ejemplo, donde la problemática social y política tiene un correlato inmediato con un lenguaje directo. Estoy seguro de que uno no puede desvincularse de esas problemáticas. Impronta y lenguajes se tiene que manifestar de alguna manera. Eso sí, no lo veo como deber del arte, se manifiesta porque está presente. Así como decía el escritor Juan José Saer: “La literatura se alimenta en la selva espesa de lo real”. La obra artística abreva en el mismo lugar. Es una noción de la realidad que cada uno tiene. El arte es un transfigurador de la realidad, un transformador por lo que provoca en las personas. Por el modo de sensibilizar, porque cada cosa que emociona uno lo transforma, y en esas manifestaciones todo está presente. Nadie se salva.

– Después de varios discos y reconocimientos a nivel nacional, ¿reflexionás sobre el lugar que ocupás en el folklore argentino?

Creo que cada uno de nosotros es una especie de gota parcial en un río gigantesco y no tenemos una noción real de lo que va a pasar con lo que hacemos. Si es que alguna canción dialoga mejor con su contexto, esa canción puede cantarse y sobrevivir. Uno participa en esas tensiones históricas donde ha utilizado sus propios lenguajes y los ha armonizado dentro de su pequeño cancionero. No sabemos. Cada una de las cosas influye sobre lo demás: lo anterior influye sobre lo presente y lo que hacen los contemporáneos influirá sobre los que vengan.

AUNO-8-10-16
JR-SAM

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