En Lanús todavía hay un lechero que reparte en carreta

Parece un personaje del siglo XIX, no sólo por el tipo de trabajo que realiza, sino por su visión del mundo. Carlos “Chiche” Pérez es repartidor de leche a domicilio. Su particularidad es que lo hace montado en un carruaje de estilo tradicional.

Por Lorena Micale

(AUNO*).- Carlos “Chiche” Pérez no es un lanusense común y corriente. No sólo porque este hombre de 58 años es el único sobreviviente del oficio de “lechero” sino porque además, transporta la mercadería en un carruaje al estilo de los primeros repartidores de la zona del siglo XIX. El hombre afirma que él mismo armó la carreta a gusto personal.

La idea de armar ese medio de tracción a sangre se le ocurrió hace tres años aunque dice que “toda la vida” soñó con realizar ese trabajo. “Cuando era chico siempre jugaba con algún carrito y esto es como hacer realidad una ilusión que tuve”, afirma.

En cuanto a sus inicios en el oficio, “Chiche” recuerda que es nieto de Hermenegildo Pérez, el primer lechero que tuvo la comuna allá por la década de 1890. Empezó a mamar el trabajo con su papá. “Empecé con el reparto casa por casa junto con mi padre. Tiempo más tarde, obtuve la concesión de importantes marcas hasta que él se enfermó y decidí continuar por mi cuenta”. señala.

Al mencionar algunas de las diferencias significativas que posee su vehículo en comparación con los carruajes de época destaca que, “el mío es cerrado mientras que los antiguos eran abiertos”, como así también resalta que “la ubicación del conductor está separada del lugar donde se lleva la mercadería”.

Pérez también distribuye estos productos a diferentes comercios aunque puntualiza que, para ello, utiliza otro tipo de movilidad: “Tres veces por semana me levanto a las 5.30 para recibir la mercadería y acomodarla en el camión para distribuir a los mayoristas, luego regreso entre las 9 y 9.30 para ensillar el caballo, cargar el carro y realizar la misma tarea con los particulares”, comenta con orgullo.

Cuando se le pregunta como se siente con el oficia exclama: “Estoy muy contento con el estilo de vida que llevo pero no me gustaría que mis hijos continuaran con este trabajo” y bromea: “Esta es una locura mía, es muy difícil que a otro se le ocurra realizar esta tarea en un mundo donde se están pensando excursiones a la luna”.

En referencia al aspecto económico, el lechero “Chiche” dijo que tiene una clientela de 110 personas y agregó que su gran objetivo es que el negocio se torne más rentable debido a que en los años en que trabajaba junto con su padre llegaron a despachar hasta 600 litros de leche por día. Sin embargo, a pesar de que en la actualidad los resultados de venta no son tan favorables, el lechero lanusense recalcó que “ni loco haría otro trabajo”.

AUNO 22.4.04 LAM CGL

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