El Jagüel recordó a Diego Peralta

En la estación de esa localidad, Emilse Silva montó una carpa para realizar un acto en memoria de los diez años de que su hijo fuese hallado muerto en una tosquera de Ezpeleta, el 12 de agosto de 2002. Por varias calles del barrio se pintarán murales conmemorativos.

Julieta Romero

Lomas de Zamora, 15 de agosto (AUNO).- La mamá de Diego Peralta, Emilse Silva, organizó un acto “sencillo pero emotivo” para homenajear la memoria de su hijo al cumplirse diez años de su secuestro y posterior asesinato en la localidad de El Jagüel, distrito de Esteban Echeverría.

Una carpa se extendió a un lado de la estación de trenes y en ella entraron 150 personas que escucharon las breves pero emotivas palabras de Emilse, y alumnos de una escuela primaria leyeron poemas, cantaron el Himno Nacional y presenciaron el documental “La vida de Diego Peralta”.

En ese mismo lugar, Silva conoció a los “Dieguitos”, un grupo de chicos de diez años cuyas madres eligieron el nombre “Diego” en honor a Peralta.

Una década después de la tragedia, la mujer aseguró a AUNO que “se siente más plantada (firme) que nunca” y sostuvo que todo el odio que podía llegar a tener hacia los asesinos de hijo se transformó en “amor hacia su prójimo”. Es más, reconoció que ella misma se convirtió en una persona “más tolerante y paciente” porque en su vida “ya tiene bastante”.

A su vez, para continuar el homenaje, Silva tenía pensado inaugurar la calle “Diego Peralta”, en lugar de “Cabildo”, pero el Consejo Deliberante de Esteban Echeverría, que en un principio había dado el “visto bueno” al cambio, se hecho para atrás.

“Siento la pérdida de mi hijo todos los días, mi corazón sigue sangrando, para mí no pasaron diez años”, destacó la madre, emocionada.

A sus 17 años, Diego fue secuestrado el 5 de julio de 2002 en El Jagüel y su cuerpo apareció apuñalado en una tosquera de la localidad de Ezpeleta el 12 de agosto de ese mismo año. Por entonces, la policía aseguró que el joven había sido asesinado tres días después de su secuestro, mientras que los forenses aseguraron a Emilse que el homicidio se había producido el 27 o 28 de julio.

“Algunos dicen que en realidad iban a cobrar el rescate y luego lo soltarían pero parece que mi hijo les vio la cara y por eso lo mataron”, reseñó la madre del joven.

Desde ese 12 de agosto comenzó la lucha de Emilse por encontrar justicia para Diego y “ver a los asesinos y a los policías cómplices tras las rejas”. En 2010 condenaron al último de los autores materiales del secuestro y homicidio, Carlos Ramón “El Pipi” Garzón, que fue condenado a 29 años de prisión.

Ahora, Silva subrayó que “no va a bajar los brazos” y que va a dedicar “lo que le queda de vida” para que a ellos se les sumen los cómplices de la brigada Antisecuestro de la Policía Bonaerense y a las “ratas” que trabajan para ellos, como Raúl Cimabakuro quien, según la causa, entregó a Diego a los secuestradores.

“Si pudimos esperar 30 años para juzgar a los represores de la última dictadura militar por qué no voy a poder esperar diez años más para que se haga justicia”, aseveró con firmeza Emilse Silva.

JR–AFD
AUNO–15–08-12

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