Caso Fátima Catán: la hora de la sentencia

El TOC 4 dará a conocer mañana el veredicto sobre la responsabilidad de Martín Santillán, el único imputado por la muerte de su ex pareja, la joven de 24 años que murió quemada en 2010. Nuevas pericias de Bomberos indican que la chica “no se prendió fuego sola”. La fiscalía pidió 22 años de prisión. La querella, 25.

Marina Pandolfi

Lomas de Zamora, abril 16 (AUNO).- El TOC 4 de Lomas de Zamora decidirá mañana si condena o absuelve a Martín Santillán, ex pareja de Fátima Catán, la joven de 24 años de Villa Fiorito que murió con el 85 por ciento de su cuerpo quemado en 2010. Durante los alegatos, la fiscalía y la querella solicitaron 22 y 25 años de prisión efectiva para el único acusado, en tanto que la defensa solicitó la absolución. Durante los alegatos se le entregó al tribunal una pericia “clave”, que es la reconstrucción de los hechos realizada por los Bomberos que estuvieron el día del crimen y que, se presume, gravitaría fuerte a la hora del fallo.

Luego de dos meses y varias audiencias suspendidas, durante su alegato la fiscal Viviana Simón acusó a Santillán de “homicidio simple” y solicitó una pena de 22 años. El abogado de la familia Catán, Gabriel Juricich, pidió 25, ya que consideró la “alevosía” como agravante. Ambos coincidieron en que Santillán “tuvo la intención de matar”, ya que tardó en asistir a la víctima y “dejó que se quemara”. Para la querella, quedó demostrado que la declaración de Santillán de que Fátima se quemó ella misma limpiando unos CD’s es “imposible”.

Según la reconstrucción de los hechos, Santillán no asistió a Fátima mientras ella se quemaba, sino que primero se desvistió él, se fue a lavar las manos y después la cubrió con una campera deportiva que, al ser de una tela inflamable, hizo que se le pegara mucho más a la piel.

Contra Santillán no pudo solicitarse la figura de “cadena perpetua” ya que, como el hecho ocurrió antes de las modificaciones del Código Civil, ante la ley sólo eran concubinos. Por su parte, en sus últimas palabras, el acusado sólo se limitó a decir: “Soy inocente de lo que se me está acusando”.

Los fundamentos acusatorios de la fiscalía y la querella abarcan los testimonios de familiares, compañeros de trabajo que han visto a Fátima golpeada o llorando a raíz de varias discusiones que tuvo con Santillán, y el del policía de la comisaría Quinta de Lomas (Villa Fiorito) que tiempo atrás le había tomado a Fátima una denuncia por violencia de género, y que además fue a la casa de la pareja a realizar peritajes el día que ocurrió el crimen. También se suman las pericias psicológicas que se le realizaron a Santillán, que arrojaron que es una persona de “carácter violento” y que “no siente culpa o remordimiento” por lo que le pasó a su pareja, sólo siente pena por sí mismo y la situación (la de estar detenido) en la que se encuentra.

En tanto, la abogada defensora sostuvo que Santillán no sabía que Fátima estaba embarazada y que se enteró al momento posterior a su muerte, agregó que él era víctima de la “personalidad celosa” de Fátima y que ella misma se roció con alcohol y prendió fuego por celos. Sin embargo, tuvo un traspié ante los jueces: alegó que “Santillán no tuvo la intención de matar”, lo que pareció ser un descrédito a lo que el imputado venía sosteniendo hasta ahora: que el incidente habría sido provocado por la propia Fátima.

DESTRUCCIÓN DE EVIDENCIAS

“Cuando entré a la casa, vi sobre la mesa la botella de alcohol y un encendedor verde”, contó Jesús Catán, el padre de Fátima, ante los jueces en la primera jornada del juicio. Mientras que Fátima estaba internada en La Plata, él había ido con policías, entre ellos el oficial Horacio Videla, a realizar una pesquisa en el lugar de los hechos. Videla declaró que vio también sobre la mesa unas cámaras de seguridad al lado de una computadora, algo que le llamó la atención porque “es raro tener una cámara de seguridad dentro de la casa”.
Tanto el oficial como el padre de Fátima sostuvieron que, adentro de la casa, todos los electrodomésticos parecían haber sido “arrancados”, e hicieron especial hincapié en que, en el estado en que encontraron las cosas, no parecía que alguien hubiera simplemente desenchufado todo.

Según la causa, mientras ella estaba internada, él volvió a la casa que compartían sobre la calle Murature para ocultar algunas evidencias. Allí aparece la hipótesis de que las cámaras de seguridad que estaban instaladas habrían grabado imágenes del incidente que alguien se encargó de hacer desaparecer. Lo mismo sucedió con el departamento en sí: estaba “muy limpio y acomodado como para que allí hubiera ocurrido un incidente”, salvo por una mancha oleosa en el suelo con un bretel de lencería calcinado. “Por la forma, parecía que allí había estado apoyado un cuerpo”, explicó Videla.

Luego de que Fátima falleció, Santillán declaró ante la justicia que Fátima se lo había hecho ella misma a raíz de una discusión. Las nuevas pericias entregadas durante los alegatos ante los jueces son una reconstrucción de los hechos, realizada por el cuerpo de Bomberos que estuvo en la vivienda. Dijeron que con alcohol fino es “muy poco probable” que una persona pueda quemarse a sí misma, el 85 por ciento del cuerpo. Para lograrlo, es necesario que alguien más haga presión para avivar las llamas.

También indicaron que donde ocurrió el hecho había varias canillas cerca (baño y cocina), pero ninguna se usó durante o después del incidente. Es decir que Santillán no habría atinado a socorrerla. Y por último, Fátima era diestra. Y el acusado dijo que ella tenía el alcohol en su mano derecha y el encendedor en la izquierda. Por ende, siendo una persona diestra, es difícil que hubiera podido usar un encendedor con la mano contraria. Teniendo en cuenta que el imputado tenía sus pulgares quemados y no presentaba quemaduras de alguien que haya ayudado a intentar sofocar las llamas, la querella sostuvo que él fue quien la prendió fuego.

MP-AFD
AUNO-22-04-15

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