Avances y deudas en la lucha a favor de la diversidad sexual

Tras la conmemoración del Día Contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género, distintos especialistas hablaron con *AUNO* para destacar los logros alcanzados en los últimos años y los temas pendientes a resolver. “Días como estos sirven para subsanar el daño que se le ha hecho a la comunidad LGBTIQ y sembrar sanación en el mundo”, destacaron.

Andrés Ferrari

Lomas de Zamora, mayo (18) – El 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró a la homosexualidad de su lista de patologías, y desde 2015 se instauró la fecha como el Día de Lucha Contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género en Argentina, donde en estos años se han conseguido importantes avances, pero prevalecen aún grandes deudas en cuanto a convivencia pacífica e inclusión social.

Dos grandes conquistas para toda la sociedad fueron la ley de matrimonio igualitario (10º país del mundo en aprobarla) y la ley de identidad de género (1º sin patologizar las identidades trans), que marcaron una victoria en materia de ampliación de derechos y al mismo tiempo implantaron el debate masivo de un tema poco presente en la agenda de los grandes medios de comunicación hasta entonces: el respeto a las personas gays, lesbianas, bisexuales, trans, intersexuales y queers (LGBTIQ) y el rechazo a que se siga naturalizando la discriminación que sufren.

Víctor Bracuto, que es responsable de la coordinación nacional de Diversidad Sexual del Ministerio de Desarrollo Social desde el 2012, explicó que “hay dos líneas de trabajo, una para la promoción y el acceso a derechos a lo relacionado con desarrollo social para la población LGBTIQ, y la otra para la formación de todo el personal del Estado en temas de diversidad sexual”.

“Generamos espacios alrededor de las oficinas de los centros de referencia de todo el país (hay al menos uno en cada capital provincial), con tres articulaciones, una con el Consejo Nacional de Mujeres, capacitando sobre diversidad sexual y género; la segunda, formando docentes a través del Programa Integral de Educación Sexual del Ministerio de Educación; y la tercera, un acuerdo con el Ministerio de Seguridad para capacitar a los miembros de las fuerzas nacionales”, puntualizó.

El funcionario calificó al “andamiaje legal del país” como “de vanguardia mundial”, pero advirtió que “el cambio cultural es un proceso, que en general es muy lento” ya que, aunque “hay una buena aceptación en general, también hay bastante desconocimiento porque, además de lo legislado, cada persona está atravesada por su historia, sus emociones, su educación profesional, etcétera”.

Un ejemplo son las dificultades que Bracuto detalla sobre la capacitación a docentes: “Les surgen muchos temores por cómo abordar la temática sin tener problemas con las familias de los estudiantes. El hecho de tener una ley al respecto protege al docente de que un padre o madre diga que no quiere que le enseñen educación sexual integral a sus hijos”, que es comparable al rechazo a que “le enseñen matemática o literatura: forma parte de la currícula”.

David De Pascual, pastor de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) de Tigre, una congregación religiosa inclusiva y conformada en su mayoría por personas del colectivo LGBTIQ, consideró que hay “un resurgir de muchas ideologías de odio, como en los campos de concentración de Chechenia donde llevan a las personas por este tipo de discriminación, y que parecen parte del pasado pero son actuales. Muchas iglesias, en general, han tenido y tienen un rol fundamental en generar mensajes de odio, que justifiquen y promuevan la segregación”.

En tanto, el secretario de la Sociedad de Integración Gay Lésbica Argentina (SIGLA), Juan Benítez, advirtió que la sociedad todavía no quiere “visibles” a las personas con orientación sexual distinta ya que “mucha gente se molesta si ve dos personas del mismo sexo besándose o tomados de la mano”.

También denunció que desde hace dos años “se interrumpió el clima de mayor libertad, se notan retrocesos como el regreso de detenciones por parte de la policía por ser gays o lesbianas y, como se supo por algunos casos que llegaron a tener trascendencia mediática, hay parejas que fueron echadas de locales por demostraciones afectivas iguales a las de cualquier pareja heterosexual”.

Sobre la búsqueda de soluciones, el religioso propuso “deconstruir esos mensajes que justifican la maldad y carecen de fundamentos bíblicos bien entendidos para una vida cristiana de inclusión y solidaridad, siendo coherentes con el Dios de amor que nos presentó Jesucristo”, al tiempo que destacó que “también hay que demostrarles a esas personas que viven en el fundamentalismo y a quienes descreen de los valores de la fe cristiana que el amor de Dios es abarcativo y nos incluye a todos y todas por igual”.

El dirigente de la organización secular resaltó el trabajo desde lo colectivo, al destacar que “la fortaleza de SIGLA y de todas las organizaciones” LGBTIQ son “los grupos de reflexión y de encuentro, que sirven para compartir los problemas comunes a todos” que suelen padecer, “como la discriminación, o no encontrar un lugar donde encajar en la sociedad”.

Sobre el valor de esta fecha, De Pascual opinó que “días como estos sirven para salir a la calle, para estar en los medios y contarle al mundo que hay cristianos diferentes” que trabajan “para subsanar el daño que se les ha hecho y sembrar sanación en la comunidad LGBTIQ en el mundo”, al tiempo que invitó a “analizar a Jesús por su praxis” ya que “se acercó a todos los grupos de personas rechazadas de su época, discriminados y postergados, como mujeres, niños, extranjeros y prostitutas”.

AUNO 15-05-2017
AF-AFG

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