Albañilas: así trabajan la obreras feministas de la (de) construcción

Chicas de Lanús que se dedican a un trabajo copado históricamente por los hombres y el machismo. La perspectiva de género empuja el proyecto: “Nos dimos cuenta de que era el fuerte por el que nos llamaban para trabajar”, dicen. *Video: Melanie Berardi.*

Paula Costanzo

Mujeres empoderadas ejerciendo un oficio tradicionalmente machista. Esto son las “Albañilas”, un grupo conformado principalmente por mujeres que desde hace un año se dedica a la (de)construcción en la zona sur del conurbano.

Estas feministas lanusenses vencieron los prejuicios y los estereotipos de género que, por bastante tiempo, les hicieron creer que era imposible arreglar un baño o revocar una pared sin la ayuda de un hombre.

“¿Y con la fuerza cómo hacen?”, “¿Usan escalera?”, “¿Ustedes levantan los baldes?”; son las preguntas más frecuentes que les toca contestar. Según Eva Iglesias, una de las integrantes, “ninguna tarea es imposible para una mujer”. Su compañera Lilén Castorina explica que ante cualquier complicación “la solución es ayudarse entre sí”.

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Para Iglesias, la albañilería “es un rubro muy machista, liderado por el hombre”, a pesar de que “hay un montón de mujeres o sexualidades disidentes estudiando arquitectura o algo relacionado con la construcción”. Por eso, el oficio “pide a gritos deconstrucción”.

Es estudiante avanzada de arquitectura y fue una de las fundadoras del proyecto. Al construir su propia casa se dio cuenta de que quería participar “activamente” de las obras y dedicarse a la albañilería. Después se sumó otra estudiante de arquitectura, Luciana Leone, y tres chicas más con ganas de aprender el oficio: Castorina, Bárbara Paladino y Daniela Borini.

La idea original era ser un equipo conformado sólo por mujeres, hasta que se incorporaron Juan y Gastón Zapata, dos hermanos involucrados con la cuestión de género que con orgullo se autodefinen “albañilas”.

La perspectiva de género benefició e impulsó el proyecto:* “Nos dimos cuenta que era el fuerte por el que nos llamaban para trabajar.* Había personas a las que les transmitía más confianza el hecho de que seamos mujeres, antes que meter a un tipo en la casa”, relató Iglesias.

“Albañilas” recibió un gran apoyo a través de las redes sociales. Las personas se entusiasman tanto con la idea, que incluso piensan qué arreglos necesitan en sus casas para poder contratarlas.

La falta de fuerza no es un problema. Lo importante es “tomar consciencia de cómo se utiliza el cuerpo” y saber cómo agarrar los elementos pesados. Según Juan Zapata, ante cualquier complicación la respuesta es colectiva: “Si tenés que levantar un balde muy pesado, le cruzás un palo y lo levantamos entre dos”.

La autogestión

Según Eva Iglesias, lo que tienen en común las albañilas son “las ganas de trabajar de forma autogestiva y de ponerle amor al laburo”. Este proyecto “busca el trabajo “independiente, manejando tus horarios y siendo más libres”, a diferencia de otros que dan “pereza” porque son “de lunes a viernes y en cierto horario”.

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La horizontalidad en la toma de decisiones es otra de las características del grupo. Las formas de trabajo y propuestas laborales* son debatidas periódicamente en asambleas,* lo que genera un “intercambio más dinámico” en el equipo.

La construcción responsable

Uno de los principios de este grupo que se mueve en bicicleta es el trabajo consciente y el cuidado del medioambiente. Iglesias explicó que “Albañilas” piensa mucho en todos los materiales que hay que comprar y trata “de no comprar de más”.

Apuntan a arreglar o reciclar todo lo posible, aunque los costos sean los mismos que comprar un producto nuevo: “Lo popular es el consumo de materiales nuevos, pero nos encantaría que la gente tenga ganas de reciclar más”.

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